Desarme de separatistas de Karabaj (1.ª parte)

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Foto: Ministry of Defense of Azerbaijan

*Escrito por Dr. Vasif Huseynov.

Lectura: 7 minutos

El 19 de septiembre, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán anunció haber lanzado una operación «antiterrorista» contra «formaciones ilegales» en Karabaj (JAM-news, 19 de septiembre). Esta acción se produjo tras la muerte de cuatro soldados azerbaiyanos y dos civiles a causa de minas terrestres en la región. El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, condenó la «agresión a gran escala» y denunció a las fuerzas de paz rusas por «no hacer su trabajo» (Al Jazeera, 19 de septiembre).

Los recientes combates se producen en un momento en que las tensiones aumentan producto de los esfuerzos de Bakú por integrar plenamente Karabaj a Azerbaiyán. Esta medida fue estipulada en el acuerdo tripartito firmado por Azerbaiyán, Armenia y Rusia tras el fin de la segunda guerra de Karabaj en noviembre de 2020 (President.az; Kremlin.ru, 10 de noviembre de 2020; Primeminister.am, 11 de noviembre de 2020). Fuerzas de paz rusas estaban apostadas en la región para facilitar la implementación de la medida; sin embargo, poco han hecho desde entonces para gestionar el proceso de manera constructiva.

De hecho, Bakú empezó a aceptar la necesidad de hacerse cargo del problema. Previamente, el 9 de septiembre, Azerbaiyán y Ucrania formularon declaraciones expresando mutuo apoyo por la integridad territorial de cada uno. Los dos países también denunciaron «elecciones» en los territorios bajo control de potencias extranjeras ─concretamente, la región de Karabaj en Azerbaiyán y las regiones de Crimea y Donetsk, Jersón, Lugansk y Zaporiyia en Ucrania─ (Mfa.gov.az, Mfa.gov.ua, 9 de septiembre). Aunque las «elecciones» en Karabaj fueron condenadas por Estados Unidos y la Unión Europea, Rusia no se manifestó oficialmente (Eeas.europa.eu, 9 de septiembre; Apa.az, 11 de septiembre). La creciente discordia entre Bakú y Moscú refleja los problemas subyacentes en la mediación de Rusia en las tensiones en la región de Karabaj.

Azerbaiyán y Ucrania formularon declaraciones expresando mutuo apoyo

Rusia es el segundo país, después de Armenia, cuyos intereses en Karabaj se ven directamente afectados por la insistencia de Azerbaiyán en abrir el corredor de Lachín bajo sus propias condiciones y la apertura simultánea de la ruta de Agdam (ver EDM, 13 de septiembre). Azerbaiyán alega que Rusia y Armenia han estado usando el corredor de Lachín para armar al régimen separatista de Karabaj (Eurasianet, 28 de noviembre de 2022). Durante su visita a Bakú en febrero de 2023, el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se opuso categóricamente a los planes de Azerbaiyán de montar un puesto de control a lo largo de la ruta de Lachín (véase EDM, 7 de marzo). No obstante, Azerbaiyán finalmente montó el puesto de control en abril de 2023 debido a preocupaciones de seguridad (ver EDM, 15 de mayo).

Los recientes acontecimientos tienen críticas implicancias tanto para Armenia como para Rusia. Complican severamente los esfuerzos persistentes de Ereván por conseguir la independencia de facto para el régimen separatista (ver EDM, 13 de septiembre). Para Rusia, su evidente falta de legitimidad para mediar en esta situación implica un paso significativo hacia la restauración del control total de Azerbaiyán sobre Karabaj. El resurgimiento del conflicto probablemente también indique el fin de la misión de mantenimiento de paz rusa en la región. El previo reconocimiento de Pashinián sobre Karabaj como parte de Azerbaiyán entra en conflicto con los intereses regionales de Rusia (ver EDM, 17 de octubre de 2022; 23 de mayo). La falta de claridad sobre el estatus de Karabaj y los esfuerzos de Ereván por unificarlo con Armenia han servido como pretexto conveniente para que Moscú justificara la presencia permanente de sus fuerzas sobre el territorio. Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, este pretexto ya no se mantiene en pie.

La ruptura en las relaciones ruso-armenias en las últimas semanas ha añadido más leña a las tensiones regionales. El 12 de septiembre, el presidente ruso Vladímir Putin culpó al gobierno armenio por la actual crisis política en Karabaj (ver EDM, 13 de septiembre). Putin recalcó que Ereván tiene la culpa por la falta de precisión sobre el reconocimiento de Karabaj como parte de Azerbaiyán (News.am, 12 de septiembre). Enfatizó que «el mandato [del contingente de mantenimiento de paz] sigue vigente y las cuestiones de carácter humanitario, la prevención de la limpieza étnica, por supuesto, no han desaparecido». En respuesta, el 13 de septiembre, Pashinián declaró que Armenia «ya no puede confiar» en Rusia como garante de su seguridad (Caliber.az, 13 de septiembre).

Putin culpó al gobierno armenio por la actual crisis política

Algunas de las políticas de Occidente tampoco han sido del todo útiles en los esfuerzos de Azerbaiyán por restaurar su soberanía sobre toda la región de Karabaj. Bakú trata la presencia de «destacamentos armados ilegales» del régimen separatista junto con unidades de las Fuerzas Armadas de Armenia en Karabaj, como una amenaza crítica de seguridad (Trend.az, 20 de septiembre). Por ende, Azerbaiyán esperaba el apoyo occidental para restaurar su integridad territorial y preservar la seguridad nacional. Por el contrario, algunos gobiernos y grupos políticos occidentales han tratado de complicar aún más estos esfuerzos, irónicamente ayudando a los intereses rusos en la región.

El 14 de septiembre, el subsecretario interino para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Yuri Kim, en la audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos sobre Karabaj, culpó a Azerbaiyán por el estancamiento (Armenpress.com, 14 de septiembre). Kim y otros exigieron que Azerbaiyán abra el corredor de Lachin, al parecer, ignorando un acuerdo previo alcanzado por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev. El 1 de septiembre, Blinken acordó impulsar la apertura de la ruta de Agdam simultáneamente con la del corredor de Lachin. Por lo tanto, el tono de la audiencia del Senado dio apoyo indirectamente a los objetivos rusos (Turan, 13 de septiembre).

Queda por ver si Rusia podrá mantener alguna semejanza a su anterior posición mediadora entre Armenia y Azerbaiyán. No obstante, los recientes acontecimientos en Karabaj seguramente perturbarán por completo la geopolítica regional, y es dudoso que Moscú conserve mucha confianza en Ereván y Bakú. Por ello, Occidente pronto tendrá la chance de capitalizar las oportunidades emergentes para facilitar de manera constructiva una paz duradera en el Cáucaso Meridional.

*Dr. Vasif Huseynov estudió Relaciones Internacionales, Economía Política y Ciencias Políticas en Bakú, Kassel y Göttingen. Su investigación ha sido apoyada por el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). Desde 2018, ha sido investigador en el Centro de Estudios Estratégicos y profesor de Política en la Universidad Khazar de Bakú. Es investigador senior del AIR Center, especializado en seguridad internacional en el sur del Cáucaso y profesor adjunto en la universidad Khazar en Bakú, Azerbaiyán.

@HuseynovVasif

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