INTERNACIONAL

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Conseguir conexiones a internet rápidas y fiables constituye ya un objetivo prioritario para cualquier país que quiera no perder el tren de la nueva economía digital.
Esta conectividad es un factor de competitividad clave para la economía al igual que lo han sido en el pasado otras infraestructuras no digitales como las de energía o las de transporte.
La propia Unión Europea (UE) lo ha entendido así y, por eso, ha incluido entre sus metas el despliegue adecuado, rápido y fiable de las redes de comunicación 5G.
Según sus planes, en 2020 todos los países miembros deberán disponer de, al menos, una ciudad principal con 5G disponible comercialmente y en 2025 el despliegue deberá ser total.
Las inversiones que requiere esta nueva red suponen, según la Comisión Europea, 910.000 millones de euros (algo más de US$1 billón) adicionales al PIB de la Unión y la creación de 1,3 millones de puestos de trabajo.
Sin este esfuerzo inversor no se logrará un mercado único digital y Europa quedaría por detrás de EE. UU. y China en la carrera por el dominio tecnológico mundial.