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El gigante turístico Thomas Cook, que emplea a 22.000 personas ─9.000 en el Reino Unido─, administra hoteles, resorts y aerolíneas para 19 millones de personas al año en 16 países y cuenta con 105 aviones y 200 hoteles y complejos hoteleros con su marca, no ha podido revertir una situación crítica.
Los resultados del primer semestre arrojaron unas pérdidas operativas de 1.474 millones de libras (1.687 millones de euros), frente a 255 millones de libras (292 millones de euros) el año anterior. A su vez, la deuda de la compañía fue de 1.247 millones de libras (1.428 millones de euros).
Estos malos resultados fueron consecuencia del retraso de los consumidores a reservar vacaciones para este verano debido a la actual incertidumbre en el Reino Unido, que aún no ha concretado los términos de su retirada de la Unión Europea. La incertidumbre introducida por el desenlace del Brexit, la depreciación de la libra, la renqueante marcha de la economía europea y el auge de la contratación directa a través de internet fueron el cóctel definitivo para el cese de su actividad.
La compañía buscaba desde principios de año una solución a sus problemas. El fondo Fosun aseguraba 900 millones de libras para el rescate, una maniobra que le hubiese dado el control mayoritario del turoperador. A estos millones también se les iba a sumar una inyección de liquidez de unos 200 millones de libras para contar con «mayor margen de liquidez».
No obstante, todo fue retrasado por la exigencia de los bancos ─como el RBS y el Lloyds─ de contar con nuevas reservas de cara al invierno, que la firma no ha sido capaz de lograr.
La quiebra del turoperador ha dejado a 600.000 turistas atrapados en el extranjero, un cuarto de ellos británicos. Muchos de ellos se han enterado en el aeropuerto esta misma mañana (23 Septiembre) de la imposibilidad de volver a su país de origen por el cese de operaciones de Thomas Cook.
El Gobierno británico ha dispuesto que se inicie un programa de repatriación durante las próximas dos semanas, que comenzará hoy (23 Septiembre) y durará hasta el próximo 6 de octubre a fin de devolver a los turistas nativos del Reino Unido a un costo superior a los 100 millones de euros.
«Los clientes de Thomas Cook en el Reino Unido que tienen que viajar no deberían ir al aeropuerto pues todos los vuelos hacia el Reino Unido han sido cancelados», alertó la CAA, el organismo que controla el sistema turístico en Londres.
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