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Varios sectores de Francia amanecieron paralizados el jueves, entre ellos sitios como la Torre Eiffel, los trenes de alta velocidad, profesores no acudieron a sus puestos de trabajo ante la convocatoria sindical de huelgas y protestas en todo el país contra el plan del gobierno para reformar el sistema de jubilación.
Las autoridades de París bloquearon con barreras el palacio presidencial y movilizaron a 6.000 policías mientras activistas, muchos de ellos con chalecos amarillos representando al movimiento surgido hace un año para reclamar justicia económica, se congregaron en distintas ciudades para una multitudinaria manifestación con epicentro en la capital francesa.
Los organizadores esperan que la marcha sea una muestra de descontento con el presidente, Emmanuel Macron, por su reforma estrella, que está considerada una amenaza para el estilo de vida francés. El presidente se mantuvo «tranquilo y decidido» a seguir con su plan, según un alto funcionario de gobierno.
El Museo del Louvre y otros sitios y monumentos advirtieron de molestias por las protestas, y los hoteles de la ciudad intentaban blindar sus habitaciones. La huelga llevó a muchos visitantes, entre ellos el secretario de Energía de Estados Unidos, a cancelar sus planes para viajar a una de las ciudades más turísticas del mundo como es París.
Las estaciones de metro de la capital estaban cerradas, lo que complicó el tránsito y llevó a muchos a echar mano de bicicletas de alquiler o de motos eléctricas. Muchos trabajadores de la región de París cumplieron con su jornada laboral desde sus propias residencias o se tomaron el día libre para cuidar a sus hijos dado que el 78% de los maestros de la ciudad secundaron el paro.
Anticipándose a posibles incidentes violentos y daños en la ruta de la manifestación que recorrerá París, la policía ordenó el cierre de tiendas, cafeterías y restaurantes del trayecto. Las autoridades prohibieron además las protestas en la avenida de los Campos Elíseos, en las inmediaciones del palacio del Elíseo, del parlamento y de la catedral de Notre Dame.
Las protestas a nivel nacional de Francia sobre la reforma de las pensiones este jueves podrían ser las más grandes desde 1995, cuando el país se detuvo después de que el presidente Jacques Chirac también intentara revisar su sistema de jubilación.
La violencia comenzó a estallar en la Place de la République en París, cuando los manifestantes vestidos de negro comenzaron a incendiar objetos y a tirar ladrillos.
La policía respondió disparando gases lacrimógenos contra los manifestantes y bloqueando las calles.
También se incendió un remolque y la cadena de televisión CNN fue testigo de la violencia de un manifestante que trepaba por la puerta de un negocio y destruía una cámara de seguridad.
La Prefectura de Policía de París ha ordenado a todos los dueños de negocios, incluidos los locales que sirven bebidas alcohólicas y restaurantes ubicados en Boulevard de Denain, Boulevard de Magenta, Place de la Republique, Boulevard Voltaire y Place de la Nation, que cierren hasta la conclusión de las protestas.
En la noche del jueves la Prefectura de París no tenía aún un balance total de los disturbios en todo el país pero inicialmente se indicó que al menos un centenar de detenidos permanecían en las cárceles locales, incluido varios extranjeros aunque no se dieron a conocer las nacionalidades.
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