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El brote de un nuevo coronavirus en China ya tiene infectadas a más de 8.100 personas en todo el mundo, aunque este jueves la cifra de muertos se mantenía en los 170 informados el día anterior, todos dentro del territorio chino.
La epidemia ha sobrepasado los casos de la anterior cepa de coronavirus, conocida por SARS, que se propagó en 2002-2003, pero mató a más de 300 personas.
El nuevo virus se originó en un mercado de venta ilegal de carne salvaje en la ciudad de Wuhan, la cual fue puesta en cuarentena por las autoridades chinas junto a otros centros urbanos que suman más de 40 millones de personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado preocupaciones de que el virus pueda convertirse en una epidemia global, pero aún no ha declarado una emergencia y se mantiene en reuniones en su sede de Ginebra, Suiza, para estudiar sus próximos pasos.
Hasta ahora, China ha tomado estrictas medidas para contener la expansión de la enfermedad y mantiene contacto con la OMS y Estados Unidos, que han prometido enviar equipos de especialistas para analizar el virus y buscar una cura posible o desarrollar una vacuna.
Sin embargo, China ha expresado satisfacción con su respuesta a la crisis y confía en que pueda contener la enfermedad y su expansión.
Mientras tanto, los efectos a su economía y el turismo han sido devastadores. Los economistas temen que el impacto al crecimiento global sea mayor que en la epidemia anterior, porque China está mucho más integrada a la economía mundial.
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