Violentas manifestaciones de izquierda en España

ESPAÑA

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Foto: Fotomovimiento

Lectura: 6 minutos

Los disturbios registrados el miércoles en distintos puntos de Cataluña, en Madrid y otras ciudades españolas tras las protestas contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél dejan hasta el momento un balance de 52 heridos, según los últimos datos ofrecidos por los cuerpos policiales.

La Jefatura Superior de la Policía Nacional de Madrid informó a la prensa que los detenidos en la capital española ascienden a 19, entre los que se cuentan seis menores de edad.

Por su parte, desde los Mossos d’Esquadra (la policía autonómica catalana) comunican 33 arrestos: 12 en la provincia de Barcelona, 14 en Lleida, 5 en Girona y 2 en Tarragona.

En cuanto al parte de heridos, los servicios de Emergencias de Madrid asistieron a un total de 55 personas (35 agentes y 20 manifestantes o transeúntes) y los de Cataluña a 14 (de los cuales 8 son agentes de policía).

Se trata de la segunda noche consecutiva de violencia en Cataluña, que ya el martes registró 18 detenidos y 55 personas heridas, entre ellas una joven que perdió la vista en un ojo tras el impacto de un proyectil.

El comisario general de los Mossos d’Esquadra, Joan Carles Molinero, afirmó en rueda de prensa que se llevará a cabo una investigación para «esclarecer los hechos» que provocaron la agresión a esta joven.

Por segundo día consecutivo, las autoridades policiales de Cataluña expresaron su preocupación por lo que calificaron como un «intolerable» uso de la violencia durante las manifestaciones. «Hay grupos, a veces organizados y otras no, que se aprovechan de las protestas legítimas y pacíficas para destrozar y saquear edificios comerciales», añadió Molinero.

Los manifestantes de Madrid se concentraron en la céntrica Puerta del Sol convocados por movimientos antirrepresivos bajo el lema Pablo Hasél, Libertad. Fuera la Justicia Franquista.

Varios miles de personas se congregaron en la plaza para manifestar su rechazo al encarcelamiento del artista, que este martes ingresó en prisión para cumplir una condena de nueve meses por promover el terrorismo y difamar a la Corona tras la publicación de tuits y canciones que ─entre otras cosas─ tildan a Juan Carlos I de «mafioso» y «criminal».

«En España no hay una auténtica libertad de expresión, todavía existe una presión muy fuerte por parte de las instituciones que es una herencia de la época franquista, sobre todo en el Poder Judicial», explica a Sputnik Raquel, una jubilada asistente a la marcha organizada por grupos de la izquierda violenta antimonárquica.

En un tono similar se expresa una mujer de otra generación: «Se está encarcelando por motivos políticos a artistas que expresan sus ideas a través del arte. Somos uno de los países que más encarcela por este motivo, es algo que no podemos tolerar, especialmente los jóvenes que queremos un futuro mejor», dice Luna, una estudiante de 22 años.

Otro manifestante, Manuel, de 35 años, que acude a la protesta envuelto en una bandera republicana, lamenta que «España tiene una justicia en la que sale más barato robar que insultar a la monarquía», aunque advierte que «los intentos de censura pueden salir mal y empujar a la gente a no callarse».

Esta afirmación coincide con la protesta en Madrid, donde uno de los cánticos más coreados fue «los borbones son unos ladrones» promovidos por políticos vinculados a Podemos, el partido aliado del socialismo que gobierno el Reino.

La manifestación se desarrolló en un tono pacífico hasta que la chispa saltó en uno de los laterales de la plaza ─junto a la sede del Gobierno regional de Madrid─ después que un grupo de manifestantes intentara avanzar con la protesta a las calles adyacentes.

El movimiento fue rápidamente frenado por agentes antidisturbios que reforzaron todos los accesos a la plaza, encapsulando a los manifestantes, respondiendo con cargas y golpes de bastón a los grupos que intentaban salir.
Al mismo tiempo, los enardecidos grupos lanzaron objetos de diversa índole a los agentes, hiriendo y lastimando a varios tratando de hacerles retroceder.

Poco a poco, las cargas de los antidisturbios ─que incluyeron el uso de gas pimienta─ consiguieron reducir el círculo de actuación de los manifestantes, aunque algunos de ellos lograron evadirse y crearon pequeñas barricadas en calles adyacentes prendiendo fuego a contenedores de basura, lo que alargó la disolución de la protesta.

En Barcelona, la protesta comenzó en el Paseo de Gracia en un ambiente festivo, pero los manifestantes se desplazaron rápidamente hasta la cercana Plaza Urquinaona, uno de los habituales escenarios de movilizaciones en la ciudad.

Allí comenzaron a formar barreras con contenedores ardiendo y mobiliario urbano, que destrozaron para utilizarlos como proyectiles contra la polícia, a la vez que agentes de los Mossos d’Esquadra trataban de dispersarlos.

Los grupos de manifestantes se dividieron por las calles del centro de la ciudad provocando incendios y arrojando todo tipo de objetos contundentes a los policías que intentaban contenerlos.

Según informó la policía catalana, algunas personas llegaron a irrumpir en un hotel del Paseo de Gracia donde rompieron varias cámaras de seguridad y otros grupos accedieron al interior de un concesionario y destrozaron varios coches.

Aunque la mayor protesta fue en Barcelona, incidentes similares se reprodujeron en las ciudades catalanas de Vic, Girona, Tarragona y Lleida donde la noche terminó con altercados, enfrentamientos con la policía y contenedores de basura ardiendo.

También se produjeron numerosas y nutridas manifestaciones de protesta en diferentes ciudades del territorio español, como Zaragoza, Alicante, Guadalajara, Santiago de Compostela o Granada.

Por lo general, las protestas transcurrieron de forma pacífica, aunque en esta última también se crearon barricadas con contenedores de basura en llamas.

La oleada de protestas mantiene más vivo que nunca el debate sobre los límites de la libertad de expresión en España, un asunto que ya llevó al Gobierno a anunciar su intención de despenalizar los delitos de opinión en el ámbito artístico.

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