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Los primeros ministros de los tres estados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, celebraron el viernes el aumento de la presencia militar estadounidense y de la OTAN en el este de Europa como reacción a los movimientos de tropas rusas cerca de Ucrania y Bielorrusia.
«Hemos hablado durante años de la vulnerabilidad del flanco este de la OTAN. Ahora nos están prestando atención», dijo la primera ministra estonia, Kaja Kallas, tras una reunión en Riga con el jefe de Gobierno letón, Krisjanis Karins, y la primera ministra de Lituania, Ingrida Simonyte. «Elogiamos la decisión de Estados Unidos de enviar más fuerzas, así como la decisión británica de duplicar sus fuerzas en nuestra área», añadió.
Karins, por su parte, señaló que tropas de 26 países de la OTAN estaban presentes en una base en cada uno de los países bálticos. «Miramos con preocupación a las fuerzas rusas cerca de Ucrania y los tres debemos seguir apoyando, incluso militarmente», dijo.
Los países bálticos están enviando suministros militares, incluidas armas antitanques, cohetes antiaéreos Stinger y municiones a Ucrania. Estonia se ha retrasado en el envío de piezas de artillería fabricadas en la antigua Alemania Oriental a Kiev, según se informa debido a las objeciones del gobierno alemán.
Otro tema de la reunión fue la búsqueda de fórmulas para lograr independencia energética y superar la dependencia del suministro de gas ruso.
Karins dijo que la región podría garantizar la independencia de emergencia utilizando el puerto lituano de Klaipeda con su terminal de gas natural licuado (GNL) y la instalación subterránea de almacenamiento de gas de Letonia en la ciudad de Incukalns, una de las mayores reservas de gas de Europa.
La ministra lituana calificó a la terminal de GNL de Klaipeda «una piedra angular para proteger contra acciones no convencionales como incumplimientos del contrato (de entrega de gas)». Simonyte agregó: «Nos estamos preparando operativamente en caso de que se use el gas como arma».
«Estamos de acuerdo en que cualquier nueva agresión de Rusia contra Ucrania tendrá costos severos», declaró el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg tras conversar con los mandatarios de EE. UU., Francia, Alemania, Italia, Polonia, Reino Unido y los líderes de la Comisión y del Consejo Europeo.
En un mensaje Stoltenberg había asegurado que la organización está «considerando» la posibilidad de incrementar su presencia en el sudeste de la Alianza, incluido el posible despliegue de grupos de combate como los que ya se encuentran en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania desde 2017.
Después de la anexión rusa de Crimea en 2014 la OTAN ya reforzó su presencia en el este con el despliegue en 2017 de cuatro grupos de combate en Polonia, Estonia, Letonia y Lituania.
Ante el aumento de la tensión con Rusia por la posibilidad de que vuelva a invadir Ucrania, la Alianza ha incrementado su presencia en el flanco oriental.
El Kremlin expresó hoy su preocupación por la decisión de Estados Unidos de poner en «alerta elevada» a 8.500 soldados ante un eventual despliegue en el este de Europa por la escalada de la tensión con Rusia en torno a Ucrania.
«Observamos con gran preocupación estas acciones de EE. UU.», dijo en su rueda de prensa telefónica diaria el portavoz de la Presidencia de Rusia, Dmitri Peskov.
Agregó que todo lo que hace Estados Unidos, «informativamente y de hecho», es «agravar la tensión».
«No hay nada nuevo» en ello, subrayó el portavoz del Kremlin, que añadió que Rusia se encuentra a las espera de las respuestas por escrito que EE. UU. y la OTAN se comprometieron dar esta semana sobre las garantías de seguridad demandadas por Moscú.
Indicó que el anuncio de EE. UU. sobre la puesta en alerta de tropas no influye para nada en las negociaciones.
«En su etapa actual las negociaciones han concluido. Antes de entender cómo vamos a continuar hay que recibir el texto (de las respuestas), que esperamos esta semana», dijo Peskov
Las garantías de seguridad exigidas por Rusia, incluyen poner freno a una mayor expansión de la Alianza, en particular a Ucrania y Georgia, el cese de toda cooperación militar con la antiguas república soviética y la retirada de las tropas y armamentos de la OTAN a las posiciones que ocupaban antes de 1997.
Peskov se negó comentar cuáles serían las posibles respuestas de Moscú a una negativa de EE. UU. y la OTAN a sus demandas.
«Cuando tengamos las respuestas la analizaremos y plantearemos nuestra postura», indicó el portavoz.
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