INTERNACIONAL

Lectura: 4 minutos
La decisión del Kremlin de cerrar las operaciones de Deutsche Welle en Rusia parece a primera vista una reacción a la decisión de los reguladores alemanes de radiodifusión, tomada un día antes, de prohibir la programación de la cadena rusa RT en Alemania.
Pero hay diferencias significativas tanto en la naturaleza de las prohibiciones como en la normativa que rige a las dos emisoras internacionales, explica el medio alemán.
En primer lugar, el regulador alemán de radiodifusión solo ha suspendido los contenidos en vivo de RT, luego de que estos decidieran no solicitar una licencia de transmisión. Los contenidos «on-demand» y en internet no se ven afectados, mientras que los corresponsales de RT continúan teniendo libertad para trabajar en Berlín y asistir a las conferencias de prensa del Gobierno alemán.
Pero la decisión de Rusia de cerrar la oficina de DW en Moscú significa que los periodistas de DW ya no están acreditados para trabajar en ese país.
El segundo punto, sobre cómo se rigen las dos emisoras, se puede resumir mejor en el principio de «neutralidad del Estado». Tras la experiencia de la dictadura nazi, el panorama de medios en Alemania se diseñó específicamente para evitar que los gobernantes controlaran los periódicos, las emisoras y otros.
Es cierto que tanto Deutsche Welle como RT, que antes se llamaba Russia Today, son emisoras financiadas por el Estado y dirigidas a audiencias extranjeras. Pero para garantizar que Deutsche Welle pueda trabajar de forma independiente y seguir los estándares periodísticos, no es parte de la oficina de prensa del gobierno federal.
DW está regulada por el derecho público. Esto significa que, aunque su financiación proviene del presupuesto federal, el director solo responde ante el Consejo de Radiodifusión de DW, que además lo elige por seis años. Y aunque haya un cambio de gobierno en Alemania, como ha ocurrido recientemente, el director sigue en su puesto.
El Consejo de Radiodifusión tiene 17 miembros honoríficos: representantes de la sociedad civil, sindicatos, iglesias y partidos políticos. Estos se aseguran de que el medio alemán para el extranjero siga la línea de DW, que es «proporcionar un foro para los puntos de vista alemanes y de otros países sobre temas esenciales, sobre todo en política, cultura y economía, tanto en Europa como en otros continentes, con el objetivo de promover el entendimiento y el intercambio entre culturas y pueblos».
Es cierto que el sitio web de RT en inglés también afirma que «RT es una organización autónoma y sin fines de lucro que se financia públicamente con el presupuesto de la Federación Rusa». Sin embargo, el portal no revela mucho más sobre RT: ni sobre su presupuesto, ni sobre su estructura, ni sobre ningún órgano de supervisión.
Lo que parece claro es que no hay un principio de neutralidad estatal que rija para RT, como se le exige a DW. Cuando el corresponsal de la revista Time en Moscú, Simon Shuster, visitó a la editora jefe de RT, Margareta Simonjan, en su oficina en 2015, notó un teléfono amarillo que tenía sobre su mesa. Era su línea segura directa con el Kremlin, admitió Simonjan a Shuster, «para discutir cosas secretas».
Simonjan ha sido editora jefe de RT desde su creación en 2005.
En una entrevista con el diario ruso Kommersant en 2012, Simonjan dijo que veía a RT como parte de una guerra de información con el mundo occidental, y comparó el papel de la emisora con el del ministerio de Defensa.
«El ministerio de Defensa luchaba contra Georgia, pero nosotros llevábamos a cabo la guerra de la información, y lo que es más, contra todo el mundo occidental», declaró Simonjan. «¡Es imposible empezar a fabricar un arma cuando la guerra ya ha empezado! Es por eso que el ministerio de Defensa no está luchando contra nadie en este momento, pero está preparado para la defensa. Nosotros también lo estamos», agregó.
Otro artículo de interés: Rusia cierra oficina de alemana DW en Moscú