INTERNACIONAL

Lectura: 4 minutos
El régimen de Teherán ha acusado a fuerzas extranjeras de provocar las manifestaciones en todo el país y anunció que había detenido a nueve ciudadanos extranjeros de Francia, Alemania, Italia, Polonia y los Países Bajos.
Este fin de semana miles de personas marcharon para condenar la muerte de Mahsa Amini y pidieron por las libertades del pueblo iraní.
Tras la muerte de Mahsa Amini, la indignación se extiende a todo el país. Las protestas se multiplican, lideradas por las mujeres. Piden que el velo sea una opción, no una imposición por ley.
Desde la Asamblea de la ONU, el president Joe Biden se solidarizó con sus demandas. Pero el Gobierno iraní reprime con violencia las manifestaciones.
El pasado sábado Irán vivió una de las jornadas más duras de las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini, con enfrentamientos en una docena de ciudades, huelgas y abucheos al presidente iraní, Ebrahim Raisí.
Tras tres días de asueto sin protestas ─el miércoles fue festivo y jueves y viernes son el fin de semana en el país─ la semana iraní comenzó con renovados gritos de «Mujer, libertad vida» tras las llamadas a movilizaciones por parte de centros universitarios y activistas.
En los alrededores de la prestigiosa Universidad de Sharif de Teherán pequeños grupos de jóvenes y mujeres sin velos se arremolinaban en esquinas desde las que lanzaban eslóganes, en medio de una fuerte presencia policial, con docenas de antidisturbios por la zona.
En un tenso ambiente, algunas personas discutían con policías, mientras los primeros gases lacrimógenos comenzaban a oscurecer las calles.
En la capital las protestas se extendieron a diferentes puntos, desde el sureño Gran Bazar, a la norteña plaza de Tajrish.
La también norteña calle Shariati fue cortada por la Policía, que disparó perdigones a los manifestantes, contaron testigos.
En otros puntos del país se vivieron también protestas, como en las ciudades de Shiraz, Isfahan, Gohardasht o Kerman, entre otras, según vídeos sin verificar compartidos en redes sociales por activistas y periodistas.
Los choques estaban siendo especialmente duros en el Kurdistán iraní, región de origen de Amini, donde además en su capital, Sanandaj, se vivió una jornada de huelga con comercios cerrados.
En esa ciudad murió una persona que circulaba en coche de un disparo, una muerte que el jefe de Policía de la provincia, el general Ali Azadi, atribuyó a «fuerzas contrarrevolucionarias» y la oenegé Hengaw, con base en Oslo, a las fuerzas de seguridad.
Ante las fuertes protestas, los servicios de internet móvil fueron bloqueados, algo que no sucedía en los últimos días. También hubo restricciones del internet fijo, cuya velocidad descendió significativamente.
Mientras eso ocurría, Raisí daba un discurso en la Universidad Alzahra de Teherán, exclusivamente femenina, donde afirmó que los estudiantes iraníes no permitirán que «se cumplan los sueños del enemigo» y donde según vídeos sin verificar de activistas fue despedido con abucheos.
A su salida, un grupo de estudiantes le gritaron al presidente: «Piérdete, piérdete», según vídeos sin verificar.
Amini, de 22 años, murió el 16 de septiembre tras ser detenida tres días antes por la llamada Policía de la moral en Teherán por considerar que llevaba mal puesto el velo islámico.
La muerte de Amini ha desatado protestas que se suceden desde entonces dando lugar a grandes movilizaciones con mujeres quemando velos reprimidas por las fuerzas de seguridad en las universidades e incluso a colegios en los que las niñas se quitan los velos.
Esos choques causaron 41 muertos según el recuento de la televisión estatal de la semana pasada, pero la ONG Irán Human Rights, con base en Oslo, eleva la cifra a 92.
Otro artículo de interés: UE sanciona a Irán por represión