INTERNACIONAL

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El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) abrió sendos casos contra Francia y Suiza por fallar en la protección al medioambiente, en la primera vez que ambos gobiernos se encuentran en el banquillo por inacción climática.
El caso contra Suiza se apoya en una queja presentada por un club de la tercera edad (los «Ancianos suizos por la protección del clima»), preocupados con las consecuencias del cambio climático en sus condiciones de vida y de salud.
Esas personas acusan al gobierno suiza de fallas de sus acciones contra al cambio climático, y alegan que ello constituye una violación de la obligación gubernamental de proteger a sus ciudadanos. «Hemos estado luchando durante años», dijo Bruna Molinari, de 81 años, que vive en el cantón del Tesino. «Espero que el tribunal falle a nuestro favor para que a Suiza haga algo mejor de cuanto ha hecho hasta ahora», agregó.
El grupo de demandantes, que cuenta con el respaldo de Greenpeace Suiza, tiene un promedio de edad de 73 años. El representante del gobierno suizo, Alain Chablais, dijo en la audiencia que el TEDH «no tiene fundamento afirmar o sugerir que Suiza no está haciendo nada». Además, señaló, el TEDH «no tiene por qué convertirse en el lugar donde se decide la política nacional de protección del clima».
El caso contra Francia fue presentado Damien Careme, exalcalde de Grande-Synthe, un suburbio de Dunkerque (Norte) por considerar que el gobierno no ha cumplido con su obligación de tomar medidas suficientes para prevenir el cambio climático.
Cuando era alcalde, Careme llevó el caso ante el poder judicial francés en nombre de su ciudad pero también en su propio nombre, afirmando que el cambio climático aumentaba el riesgo de que su comuna se inundara por la subida de las aguas. «Hay mucho en juego», dijo Corinne Lepage, exministra francesa de ecología y una de las abogadas de Careme en el caso.
Si el TEDH «reconoce que las fallas climáticas violan los derechos de las personas a la vida y a una vida familiar normal, eso se convierte en un precedente en todos los estados miembros del consejo», dijo a AFP.
Alemania muestra preocupación en la protección del medioambiente con la mirada puesta en las sanciones europeas.
Cuando el ministro alemán de Economía y Protección del Clima, Robert Habeck, viajó a Brasil hace unas semanas, el tema del hidrógeno verde era de especial interés en los medios de comunicación. Según el Gobierno alemán, este es clave para la transición del suministro energético a partir de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural hacia las energías renovables. Para Berlín,Brasil, es un posible socio para lograr dicho objetivo. El ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, prometió: «No perderemos esta oportunidad». Brasil quiere estar a la vanguardia de los mercados en desarrollo para tecnologías bajas en emisiones de carbono.
«Aunque Brasil ya tiene una alta proporción de energías renovables, se deben construir nuevas plantas de energía eólica o solar para la producción de hidrógeno. Si esto no sucede, las plantas de energía fósil tendrán que seguir funcionando para asegurar el suministro energético y que no falte electricidad en el propio país», dijo Christiane Averbeck, de la Alianza Climática Alemana, en entrevista con DW. «El principio de adicionalidad es crucial para garantizar que el hidrógeno verde producido sirva, de verdad, para la protección climática», aseguró.
Ansgar Pinkowski, director de transición energética y sostenibilidad del Centro de Competencia Hidrógeno Verde Brasil de la Cámara de Industria y Comercio germano-brasileña en Río de Janeiro, ayudará a que las declaraciones de intenciones y los planes se hagan realidad: «Debido a su ubicación geográfica y natural, Brasil tiene las mejores condiciones para la producción de hidrógeno verde. La proporción de energías renovables en Brasil ya es comparativamente alta. Y, pensando a medio plazo, solo se necesitan ocho o nueve días en barco para transportarlo desde el noreste de Brasil hasta los puertos europeos», estimó Pinkowski en entrevista con DW.
El nuevo gobierno del presidente Luis Inácio Lula da Silva está en funciones desde principios de 2023. Y aunque hay señales positivas, aún no está claro si la euforia por el hidrógeno del nuevo gobierno brasileño es similar a la del gobierno en Berlín. «El nuevo presidente de Petrobras, Jean Paul Prates, fue, en cargos anteriores, un firme defensor de las inversiones en energía respetuosa con el clima», dijo Pinkowski.
Si todo va bien, la primera entrega de hidrógeno brasileño podría llegar a Alemania a finales de 2025, según expertos alemanes. Para Brasil, sería una gran oportunidad, sobre todo para el humilde noreste del país. Las inversiones fluirían hacia esa débil región. Además, las empresas que dependen de esta energía también se establecerían allí. «Esta es una oportunidad para una reindustrialización de esa región», dijo Pinkowski.
«En general, asociaciones de este tipo brindan grandes oportunidades para ambas partes. Con la normativa correcta, la producción de hidrógeno puede impulsar la transición energética en Brasil y Alemania. Sin embargo, sería un error ver a Brasil solo como un proveedor de energía para la industria alemana y planear los futuros proyectos de hidrógeno solo para la exportación», dijo Averbeck.
Las relaciones comerciales entre Europa y América Latina están muy desequilibradas. En muchos casos, las materias primas se explotan en América Latina y se exportan a Europa sin que la población y la economía locales se beneficien a largo plazo. Esa es la razón por la que la población local se resiste con cierta regularidad contra tales proyectos. «Quien esté interesado en tener buenas relaciones económicas a largo plazo, también debe contribuir a garantizar que los proyectos se implementen de tal manera que la resistencia (de la población) no sea necesaria», dijo la experta.
Hace una semana se llevó a cabo el primer recorrido de un tren de pasajeros que funciona con hidrógeno verde en Alemania. Se trata del «Mireo Plus H», una iniciativa desarrollada por la empresa Siemens y la compañía ferroviaria Deutsche Bahn, que pretende remplazar a tren diésel. El hidrógeno verde se plantea como una de las soluciones para terminar con el uso de los combustibles fósiles y reducir así las emisiones de gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático.
En América Latina, Chile ha tomado la delantera en el desarrollo de esta tecnología y por ello se ha convertido en un aliado estratégico del país germano, con el que ya lleva colaborando desde 2019. «La iniciativa bilateral «Energy Partnership» tiene como objetivo crear un foro para el diálogo político de alto nivel y reunir representantes de diferentes sectores, con el fin de apoyar un uso más amplio de las energías renovables, la eficiencia energética y el hidrógeno verde» explica a DW el ministro de Energía de Chile, Diego Pardow.
No obstante, ahora ambos países han dado un paso para «avanzar en establecer una cadena de suministro internacional de hidrógeno desde Chile hasta el norte de Europa que aborde también las buenas prácticas en temas regulatorios, comerciales, tecnológicos y de fuerza laboral», agrega, recalcando que dicha colaboración permitirá «explorar las oportunidades y los obstáculos tecnológicos y de infraestructura para replicar las buenas prácticas en los puertos de Chile». «Por un lado, se busca crear las condiciones para cerrar acuerdos con importantes empresas de Alemania y, por otro, ser potenciales receptores de financiamiento por parte del gobierno alemán para poder desarrollar más proyectos», detalla.
Así, ha llevado a cabo un acuerdo de colaboración con el Ministerio de Economía e Innovación de la Ciudad-Estado de Hamburgo y la Autoridad Portuaria de la ciudad alemana. «El puerto de Hamburgo es el más grande de Alemania y uno de los mayores del mundo; es el tercer puerto con mayor actividad de Europa y cuenta con 110 kilómetros de extensión a través de sus terminales portuarios», recuerda.
«Con su gran potencial para la producción de hidrógeno verde, Chile está a punto de convertirse en un exportador de magnitud global. Hamburgo ofrece excelentes condiciones para la importación y distribución de vectores energéticos, tales como el hidrógeno basado en energías renovables. Juntos, Chile y Hamburgo pueden crear una sólida asociación energética entre América del Sur y Europa», dijo el alcalde mayor de Hamburgo, Peter Tschenscher, en un comunicado.
El acuerdo surge a raíz de una primera visita oficial de un representante del Ministerio de Energía a la Ciudad de Hamburgo en marzo de 2022, aunque existía un interés previo. Ambos países entienden que el hidrógeno verde se posiciona como una de las formas más adecuadas para la descarbonización de sectores como el transporte marítimo, la aviación y la siderurgia, entre otros que presentan dificultades a la hora de reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero.
Por este motivo, el ministro chileno recuerda la importancia del país germano en la transición energética. «Fue de los primeros países en incentivar el desarrollo de las energías renovables, gracias a la madurez tecnológica de sus industrias y ahora busca descarbonizar otros sectores intensivos en la emisión de contaminantes a través del hidrógeno verde y sus derivados», recalca, apuntando al desarrollo de electrolizadores, tanques de almacenamiento de combustibles, paneles solares y turbinas eólicas.
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