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París prohibirá los monopatines eléctricos compartidos a partir del 1 de septiembre, según ha anunciado la alcaldesa de la capital francesa tras un referéndum. La ciudad no renovará los contratos con los operadores de scooters de alquiler una vez que expiren a finales de agosto, pero los scooters de propiedad privada seguirán estando permitidos.
La huelga de empleados ferroviarios en Francia se consolida como la más larga en la historia del país. Aunque se ha convertido en una auténtica pesadilla para los ciudadanos de París, las protestas no van a cesar.
Varios sindicatos, incluido el de los recolectores de residuos, han convocado a huelga en Francia por la reforma de jubilaciones planificada por el presidente Macron. Las calles se llenan de basura y hedor en París.
Elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años podría ser particularmente difícil para las personas con trabajos físicamente exigentes. Los trabajadores del sector público están en huelga. Hace más de una semana que no se recoge basura en muchas ciudades. Solo en las calles de la capital, París, ya se acumulan más de siete toneladas de basura. Las ratas están por todas partes, dice Aphaia Samios, de la agencia de noticias AFP, en un café con vista a montañas de basura: «Es repugnante. Algunas personas apenas pueden entrar a su casa». «Quería hacer un viaje romántico con mi novio», dice una turista alemana, pero la basura arruina el encanto de la ciudad. Mark, de EE. UU. se queja: «Es antihigiénico y no es bueno para el turismo».
Alrededor del 70 por ciento de los franceses rechazan la reforma. La alcaldesa socialista, Anne Hildago, también respalda a los huelguistas. Hidalgo apoya las demandas de la gente. El lunes dijo: «Si esto afecta a las personas que trabajan en el sector público, así como a los empleados de empresas privadas, entonces le digo al Gobierno: ¡Hable con ellos!».
Todavía no está claro cuándo los camiones de basura podrán dejar su estacionamiento en la planta de incineración de residuos en Ivry-sur-Seine. Natacha Pommet, secretaria general de la CGT, ve al Gobierno como responsable de la huelga: «El problema es que tenemos un Gobierno que está empeñado en implementar una reforma con la que la mayoría de la gente no está de acuerdo», dice.
Los empleados del sector público quieren seguir con la huelga. Mientras tanto, un comité de mediación se está reuniendo en el Parlamento. El Senado ya aprobó la reforma. Macron evitó la última votación en el Parlamento el jueves a través de un artículo de la Constitución que permite la aprobación sin votación.
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