ARGENTINA
El presidente Mauricio Macri se trasladará el martes a Montevideo para recibir la presidencia pro tempore del Mercosur durante una cumbre con sus pares de Brasil, Paraguay y Uruguay.
Esta segunda presidencia del bloque encuentra a Macri tensionado en el frente interno por la recesión económica y la campaña política ya iniciada con vistas a la reelección, y en el frente externo por la ascendente figura del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, cuyos mensajes equívocos motivaron en las últimas semanas contactos de toda clase para saber qué visión tendrá el principal socio económico del bloque.
El triunfo de Bolsonaro motivó discusiones al interior del Mercosur al entender que el exmilitar pretende priorizar una agenda de negociaciones bilaterales, contrarias al espíritu de la decisión adoptada en 2000 por los socios fundadores de no otorgar ventajas comerciales a terceros sin acuerdo interno.
A la luz del interés demostrado por Uruguay de acercarse a China, y de la Argentina de concretar con la Unión Europea, parece difícil que ambos planos convivan sin fricciones.
El escenario del bloque asoma incierto, luego de que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, pusieran reparos a avanzar, con Bolsonaro en funciones, en el acuerdo de asociación estratégica con la Unión Europea, la negociación que más interesa a Macri.
El brasileño parece haber entendido la gravedad del asunto, al punto de moderar su discurso, explicando por qué su país cedió la organización de la Conferencia del Clima -se hablo de problemas de presupuesto- y deseando reunirse con canciller alemana Angela Merkel para allanar el camino.
La City 