INTERNACIONAL

Lectura: 5 minutos

«La crisis en curso socava la acción de este Gobierno que se detiene aquí (…) Aprovecho para comunicar que presentaré mi dimisión como jefe de Gobierno ante el presidente de la República», dijo Conte, en una intervención en el Senado, después que el líder de la Liga, ministro del Interior italiano y vicepresidente del Ejecutivo italiano, Matteo Salvini, presentara una moción de censura en su contra.

Una disputa pública entre el ministro del Interior, Matteo Salvini, y el presidente del consejo de ministros de Italia (Jefe de Gobierno), Giuseppe Conte, ha vuelto a poner de manifiesto la fragilidad de la coalición de gobierno.

El primer ministro italiano recurrió a Facebook para regañar a Salvini por su manejo del caso del Open Arms, el barco de bandera española que desde hace días espera permiso para atracar en Italia con un nutrido grupo de migrantes rescatados en el Mediterráneo.

Salvini, líder de la derechista Liga Norte, le prohibió a la embarcación entrar en el puerto de Lampedusa, pese a que varios países europeos se han declarado dispuestos a repartirse a los migrantes que transporta.

Y en la carta abierta, publicada el jueves, el propio primer ministro acusó a su ministro del Interior de actuar de forma desleal y de estar obsesionado con «enfrentar el tema de la migración reduciéndolo a la fórmula de puertos cerrados».

El desembarco del Open Arms en un puerto seguro ─ya sea Malta o Italia por proximidad─ depende de las negociaciones políticas que se están llevando a cabo en los despachos europeos. Según el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, hay un acuerdo para su reubicación entre los gobiernos de Francia, Alemania, Rumanía, Portugal, España y Luxemburgo que estarían dispuestos a acogerlos.

Quince días después del rescate de los inmigrantes en aguas de Mediterráneo y 24 horas después de la decisión de la Justicia italiana de permitir la entrada del buque en sus aguas, «por motivos de salud», el Gobierno español se mostró «dispuesto a participar en un reparto equilibrado de los migrantes» tal y como lo trasladó a la Comisión Europea y al resto de países de los estados miembros.

A través de un comunicado a la prensa, el gobierno en funciones de Pedro Sánchez anunció que está dispuesto a acoger a los rescatados pero siempre y cuando ese trabajo sea «una solución común europea, ordenada y solidaria» Del «no es no», Sánchez pasa al sí, pero con matices. Un nuevo giro en la política migratoria del PSOE.

Los opositores en España dicen que el presidente está utilizando este drama en el Mediterráneo con fines políticos. No hay que olvidar que el año pasado, el recién formado gobierno socialista se ofreció como anfitrión del «Aquarius», el barco de la ONG Médicos Sin Fronteras que permaneció dos semanas a la deriva y que atracó finalmente en Valencia con una dispositivo policial nunca antes visto. No fue su única medida. En el mes de junio del año pasado, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció el fin de las de las vallas de Ceuta y Melilla. Todo ello formaba parte del giro a la izquierda en lo social para la era post-Rajoy, dado que en política económica ─por sus limitados apoyos parlamentarios─ se vería atado a gobernar con los presupuestos del PP.

Gestos para la galería que han quedado en papel mojado.

Los líderes políticos europeos involucrados en el problema de la migración africana del norte ─aunque también de los países árabes─ desisten de adoptar medidas rígidas debido a los reclamos de los organismos de derechos humanos.

Pero por otro lado sienten la presión de la población que en su gran mayoría resiste el ingreso de inmigrantes debido a problemas sociales agudos que ocurren en algunos territorios europeos, especialmente en la zona de Caláis donde las autoridades francesas montaron un campamento para alojar a miles de pobladores que viven en condiciones pésimas aguardando cruzar el canal para instalarse en Gran Bretaña.

La renuncia de Conte en Italia viene acompañada de dos cuestiones relevantes, primero la convocatoria sin duda a nuevas elecciones como ocurre cada vez que el país enfrenta una crisis, juego político permanente en la península.

Pero en segundo término abre las puertas a un masivo triunfo de Salvini, el hombre de la derecha que goza cada vez más de simpatía política en el país debido a sus enérgicas decisiones en materias sensibles como el rechazar inmigrantes de África que mantienen en vilo a la población.

Artículo relacionado: Italia: Salvini rechaza desembarco de centenar de inmigrantes