BRASIL

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no es un hombre de trazo fino. Como la diplomacia no figura en su tabla de protocolo presidencial, cuando habla tiemblan algunos terrenos internacionales que no parece generarle preocupación.
Bolsonaro estima que el virus del COVID-19 fue creado en un «laboratorio» por China para lanzar una «guerra química y bacteriológica». No hizo el menor esfuerzo por decorar semejante acusación.
«Es un virus nuevo, nadie sabe si nació en un laboratorio o nació porque un ser humano ingirió un animal inadecuado. Pero está ahí», dijo en una ceremonia oficial en Brasilia.
«Los militares saben que es una guerra química, bacteriológica y radiológica. ¿No estaremos enfrentando una nueva guerra? ¿Qué país registró mayor crecimiento de su PIB? No se lo voy a decir», prosiguió.
Bolsonaro no mencionó explícitamente a China, pero el país asiático, donde comenzó la pandemia, es el único miembro del G20 que registró un crecimiento económico en 2020 (+2,3%).
Uno de sus hijos, el diputado Eduardo Bolsonaro, había acusado a China en marzo de 2020 de «ocultar» informaciones sobre el virus y comparó la actitud del gobierno comunista chino con «la dictadura soviética», que inicialmente había enmascaraado la magnitud del desastre nuclear de Chernóbil en 1986.
China, primer socio comercial de Brasil y gran inversor en el país, expresó rápidamente una respuesta entre diplomática e indignada.
«La parte china repudia con vehemencia sus palabras y exige que las retire de inmediato y pida disculpas al pueblo chino», tuiteó el embajador chino en Brasilia, Yang Wanming.
Brasil enfrenta dificultades para importar desde China las dosis de vacunas tanto como los principales insumos para fabricarlas.
Las tensiones diplomáticas y la demora para adquirir vacunas figuran en la agenda de una comisión parlamentaria brasileña que busca investigar si el gobierno fue negligente en la gestión de la pandemia que ya dejó casi 412.000 muertos en el país.
El presidente Bolsonaro insinuó que China podría haber creado el nuevo coronavirus como parte de una «guerra química», fue la lectura que hicieron los medios locales en todo el país.
«Es un virus nuevo, nadie sabe si nació en un laboratorio o porque algún ser humano ingirió un animal inadecuado, pero está ahí; los militares saben lo que es la guerra química, bacteriológica y radiológica, ¿No estaremos enfrentándonos a una nueva guerra? ¿Cuál es el país que tuvo un mayor crecimiento del PIB? No se los voy a decir», dijo durante un acto en el Palacio del Planalto (la sede del Gobierno), anuncio el portal G1.
A lo largo de toda la pandemia, Bolsonaro y su gobierno han insinuado que China podría estar detrás de la creación del nuevo coronavirus, y que el país se estaría beneficiando de ello.
El presidente también ha criticado en repetidas ocasiones la seguridad de las vacunas chinas, causando un fuerte malestar diplomático en las autoridades de Beijing que se cuidaron, hasta el momento, de responder.
Durante un discurso pronunciado el miércoles, el líder brasileño también dijo que quien no defiende el tratamiento precoz contra el COVID-19 es «un canalla», a pesar de la falta de comprobación científica de la eficacia de ningún medicamento preventivo contra la enfermedad.
La promoción del tratamiento precoz es uno de los puntos centrales de la comisión abierta en el Senado brasileno para investigar los posibles delitos, por acción u omisión, cometidos por el Gobierno de Bolsonaro durante la gestión de la pandemia.
El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, no quiso perder el tren impulsado por su presidente. Aseguró que los chinos «inventaron el virus» (en referencia al SARS-CoV-2) y puso en cuestión la calidad de sus vacunas.
«Los chinos inventaron el virus, y su vacuna es menos efectiva que la estadounidense», dijo Guedes durante una reunión del Consejo de Salud Complementaria, según la prensa local.
El ministro añadió: «los estadounidenses tienen cien años de inversión en investigación, los tipos dicen: ¿cuál es el virus? ¿es este? De acuerdo, a decodificarlo; ahí tienes la vacuna de Pfizer, es mejor que las otras».
Guedes no sabía que estaba siendo grabado cuando pronunció estas palabras, y cuando se dio cuenta pidió que no se emitiera el video.
En Brasil, la gran mayoría de la población está siendo vacunada con un inmunizante chino, el desarrollado por el laboratorio Sinovac, gracias a un acuerdo firmado por el Gobierno de Sao Paulo.
Durante meses, el presidente Jair Bolsonaro cuestionó la seguridad y la eficacia de esta vacuna y llegó a impedir que el Ministerio de Salud la comprara.
La vacuna de Pfizer que defiende el ministro de Economía aún no está siendo utilizada en Brasil, y Bolsonaro también rechazó comprar 70 millones de dosis cuando el laboratorio lo ofreció a mediados del año pasado.
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