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El secretario general de la ONU, António Guterres, convocará para el 13 de septiembre, en la sede de la organización mundial en Ginebra, una conferencia ministerial de alto nivel sobre la situación humanitaria en Afganistán, anunció el portavoz Stephane Dujarric el sábado.
La reunión, explicó Dujarric en un comunicado, buscará un rápido aumento en la financiación para que la operación humanitaria destinada a salvar vidas pueda continuar y reclamar por un acceso humanitario pleno y sin obstáculos, a fin de que los afganos continúen obteniendo los servicios esenciales que necesitan.
Según se indicó en el comunicado, Afganistán se enfrenta a una inminente catástrofe humanitaria. Casi la mitad de su población necesita asistencia y uno de cada tres afganos sufre un nivel de inseguridad alimentaria crítico o urgente. Además, más de la mitad de los niños menores de cinco años están al borde de la desnutrición aguda.
También este viernes, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió que el Plan de Respuesta Humanitaria a Afganistán para 2021 está financiado solo en un 40 por ciento, lo que deja un déficit de 766 millones de dólares.
Guterres decidió organizar una reunión el 13 de septiembre en Ginebra entre Estados miembros del organismo para aumentar la ayuda humanitaria a Afganistán, según anunció.
El país, bajo control de los talibanes después de 20 años de guerra, se enfrenta a una «inminente catástrofe humanitaria», advirtió Stephane Dujarric.
Dujarric llamó a proteger los avances en materia de desarrollo en el país, señalando que los derechos de la mujer son una parte «esencial» de la estabilidad futura de Afganistán.
Incluso antes de que los talibanes recuperaran el poder a mediados de agosto, Afganistán dependía en gran medida de la ayuda exterior: el 40 por ciento del PIB del país provenía de fondos extranjeros.
La ONU advirtió que 18 millones de personas en Afganistán se enfrentan a un desastre humanitario, y otros 18 millones podrían sumárseles rápidamente.
«Uno de cada tres afganos no sabe cuál será su próxima comida. Casi la mitad de todos los niños menores de cinco años se prevé que padecerán desnutrición aguda en los próximos 12 meses», advirtió Dujarric.
Estados Unidos puso fin a su guerra en Afganistán el 30 de agosto, quince días después de la caída del gobierno afgano y de que Kabul pasara a manos de los talibanes.
Esos días estuvieron marcados por una frenética operación dirigida por Washington para evacuar a estadounidenses, extranjeros y afganos que huían del nuevo régimen.
Desde la retirada de las fuerzas de Estados Unidos, los talibanes han estado trabajando con Catar para que el aeropuerto de Kabul, crucial para hacer llegar la ayuda, vuelva a estar operativo.
El jueves, la ONU dijo que había reiniciado los vuelos humanitarios a algunas zonas del país, desde la capital de Pakistán, Islamabad, a Mazar-i-Sharif en el norte de Afganistán, y Kandahar en el sur.
La aerolínea de bandera del país, Ariana Afghan Airlines, reanudó los vuelos internos el viernes, mientras que Emiratos Árabes Unidos envió un avión que transportaba ayuda médica y alimentaria.
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