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El Reino Unido entregará hasta 10.500 visados de trabajo provisionales para responder a la escasez de mano de obra, un giro inesperado y sorpresivo en materia de inmigración tras el Brexit adoptado el sábado por el Gobierno.
Los permisos serán de tres meses ─de octubre a diciembre 2021─ y deberían paliar la enorme falta de transportistas y de personal en sectores claves de la economía británica, como la cría de aves de corral, dijeron los principales medios de comunicación al comentar la información oficial.
En los últimos días y a pesar de los intentos del Gobierno de tranquilizar a la población, una multitud de personas británicas se precipitó hacia las gasolineras, después que muchos productos se agotaran en tiendas y supermercados.
La decisión de otorgar visados choca con la línea defendida por el primer ministro británico, Boris Johnson, cuyo Gobierno no ha dejado de insistir en que el Reino Unido no debería depender de la mano de obra extranjera.
Durante meses, el Ejecutivo intentó evitar tener que recurrir a trabajadores de otros países, pese a las advertencias de numerosos sectores económicos y a una falta estimada de 100.000 personas que conduzcan camiones.
Además de los visados de trabajo, se tomarán otras medidas excepcionales para garantizar el abastecimiento antes de las fiestas de Navidad, explicó el secretario de Transportes, Grant Shapps. Así ─en las próximas semanas─ se movilizará a los examinadores del Ministerio de Defensa para aprobar miles de permisos de vehículos de transporte de mercancías.
El Ministerio de Educación y sus agencias asociadas desbloquearán millones de libras esterlinas para capacitar a 4.000 conductores, poniendo en marcha campos de formación.
Shapps también pidió a empleadores que colaboren «mejorando las condiciones de trabajo y los sueldos para retener a nuevos conductores». Asimismo, se enviarán un millón de cartas para pedirle a las personas en posesión del permiso de conducción de camiones, y que no lo estén usando, que vuelvan al trabajo.
Johnson tiene que lidiar con una presión creciente. La crisis del COVID-19 y las consecuencias relacionadas con el Brexit han acentuado la escasez de mano de obra, en tanto los precios de la energía se han disparado.
Fábricas, restaurantes y supermercados se han visto afectados por la falta de camioneros desde hace semanas o incluso meses. A la cadena de comida rápida McDonald’s se le agotaron los helados y las bebidas el mes pasado. Su competidor KFC se vio obligado a retirar algunos artículos del menú y la cadena Nando’s tuvo que cerrar provisionalmente decenas de restaurantes debido a la falta de pollos para atender la demanda.
La cadena de pubs británica JD Wetherspoon anunció a principios de septiembre que se está viendo afectada por problemas de escasez causados por el Brexit y la pandemia de coronavirus, que perturbaron el abastecimiento de restaurantes y supermercados.
Los problemas de abastecimiento complican desde hace varios meses a las empresas británicas. Son consecuencia tanto de la pandemia, que acentuó el éxodo de los trabajadores extranjeros, como del Brexit, que dificultan la entrada al Reino Unido de trabajadores oriundos de la Unión Europea, como camioneros de Europa del Este.
«Estamos enfrentando problemas de abastecimiento» y las cervezas Carling y Coors «no están disponibles en algunos pubs», indicó a la AFP Eddie Gershon, un portavoz de Wetherspoon, una de las mayores cadenas británicas de pubs.
«Creemos que la mayoría de los pubs están completamente abastecidos, pero en algunos podrían faltar algunas marcas, a la espera de que lleguen en los próximos días», explicó el portavoz del grupo.
Molson Coors, la empresa que produce esas dos cervezas, apuntó a la «escasez de conductores de camiones» que afectó a la compañía, «como a muchas» otras en el sector de los restaurantes y los pubs, y añadió que el grupo «trabaja sin descanso» para resolver el problema.
Según Wetherspoon, una movilización social de conductores que trabajan a cuenta de Heineken, el mayor proveedor, también afectó a las entregas de la cervecera holandesa.
Recientemente, otras cadenas como McDonalds ─cuyos clientes se vieron privados de batidos o bebidas─ o KFC, que tuvo que retirar algunos platos de su menú, también se vieron afectadas por problemas de abastecimiento.
En la industria, las plantas automovilísticas tuvieron que interrumpir su producción por la escasez de componentes electrónicos.
La desconfianza de los europeos residentes en el Reino Unido en las administraciones públicas británicas aumentó tras el Brexit, según un estudio publicado en junio por la Autoridad de Monitorización Independiente (IMA).
Este informe, divulgado a 51 días de la finalización del «período de gracia» para que los europeos que estaban en territorio británico antes del Brexit obtengan un permiso temporal de residencia (30 de junio) se basa en 3.000 respuestas de ciudadanos de los 27 países de la Unión Europea (UE), Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.
La directora ejecutiva del IMA, Kathryn Chamberlain, explicó en un encuentro virtual con medios que el objetivo de la encuesta es «concienciar» a los europeos acerca de sus derechos tras el Brexit, así como «poner en el mapa» la labor de este cuerpo público nacido como parte del acuerdo de salida de la UE.
Los resultados de este estudio reflejan que la mayoría de los europeos no sienten un trato discriminatorio en Reino Unido, aunque la falta de confianza en las autoridades públicas británicas es un sentimiento «latente» entre los participantes.
Chamberlain avisó del hecho de que los datos pueden «no ser del todo representativos», dado que las personas motivadas para llenar la encuesta también están más convencidos de quedarse en el Reino Unido.
Solo la mitad de los encuestados es consciente de sus derechos como ciudadano europeo y el 10 por ciento estban considerando abandonar la isla tras el 30 de junio, indica el informe.
Además, mostraron su preocupación por convertirse en «ciudadanos de segunda clase», así como de que sus derechos no se mantengan en el largo plazo. El 25 por ciento asegura que «no se siente tratado con igualdad» respecto a los británicos.
En las últimas semanas se han dado a conocer diferentes casos de ciudadanos europeos, entre ellos españoles, que han intentado acceder a suelo británico tras la aplicación del Brexit y han sido retenidos en centros de expulsión de inmigrantes.
Con respecto a este tema, Chamberlain admitió haber oído de algunos casos de «pequeños problemas en la aduana», pero no de «denuncias directas».
Del mismo modo, comentó que la IMA tratará de investigar este problema «en el futuro», así como reclamar al gobierno británico las cifras de ciudadanos comunitarios retenidos en Reino Unido desde la ruptura de lazos con la UE, el pasado 1 de enero, hasta ahora no publicadas.
Chamberlain animó a reportar estos casos a la IMA con el mayor detalle y datos posibles para poder ofrecer una solución, aunque puntualizó que nunca como «alternativa a los canales oficiales».
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