China castiga a pequeña Lituania por acercarse a Taiwán

INTERNACIONAL

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Comisario de Economía y Comercio de UE, Valdis Dombrovskis / Foto: Latvijas Banka

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Una disputa diplomática que parecía de baja intensidad levantó la furia de China. Lituania, un pequeño estado que integra la Unión Europea tomó la decisión «arriesgada» de conferir a Taiwán estatus diplomático, abriendo el conflicto con el régimen comunista de Beijing.

No se trata de cuestiones comerciales, la relación en este terreno de Lituania con China no puede considerarse relevante. El punto que alerta a las autoridades de la Unión Europea, es hasta dónde está dispuesto el gobierno de Beijng a presionar a los países que mantienen algún tipo de vínculo con Taiwán.

Para expresar el desagrado y avanzar con sanciones comerciales, China decidió cerrar las importaciones de Lituania, presión sin contemplaciones.

Ahora el comisario de Economía y Comercio de la UE, Valdis Dombrovskis, se propone frenar esta «coerción económica», con nuevos instrumentos del organismo para imponer de sanciones.

Dombrovskis presentó un plan dirigido a impedir prácticas de ese tipo contra Estados individuales o contra la UE en su conjunto. Los nuevos instrumento abarcarían desde la prohibición de importaciones y la retirada de autorizaciones para determinados grupos de productos, hasta el bloqueo de subvenciones de la UE o de fondos para la investigación.

Dombrovskis espera que las nuevas herramientas tengan principalmente un efecto disuasivo. En primer lugar, habrá que negociar con el Estado en cuestión, y solo después se pasaría a los hechos.

«Esto tiene cierto potencial», comentó Markus Ferber, experto financiero de los cristianodemócratas del Parlamento Europeo. Pero advirtió que «también hay que tener la voluntad de utilizar realmente los instrumentos».

Previamente, funcionarios de la UE habían hablado de un «garrote» que Europa debería utilizar. Dombrovskis fue más moderado y solo lo calificó como un «instrumento potente». De todos modos, aseguró que «estamos dispuestos a defendernos. De ser necesario, no vacilaremos en contragolpear».

La Comisión Europea desea poder aplicar las medidas contra la «coerción» con rapidez. A diferencia de lo que ocurre con las clásicas sanciones políticas, ya no sería en este caso necesaria la aprobación unánime de los países de la UE. Bastaría una mayoría calificada.

Pero el europarlamentario Markus Ferber considera dudoso que los Estados de la UE aprueben efectivamente este procedimiento. Ya antes que la propuesta se hiciera pública, algunos países, como Suecia y la República Checa, plantearon objeciones. Temen una escalada de guerras comerciales y un aumento del proteccionismo.

Valdis Dombrovskis, por su parte, prometió que las medidas solo se aplicarían, obviamente, en conformidad con el derecho internacional, es decir, con las reglas de la Organización Mundial de Comercio.

El presidente de la comisión de Comercio del Parlamento Europeo, el socialdemócrata Bernd Lange, aplaudió la propuesta de la Comisión de la UE, indicando que eso es precisamente lo que se requiere ante un panorama geopolítico borroso.

Dombrovskis no quiso mencionar explícitamente a ningún Estado contra el que se podrían aplicar sanciones contra la coerción. Tampoco nombró ejemplos. Pero no se trata únicamente de China.

En Bruselas, se especula que la Comisión de la UE podría tener en la mira también a Gran Bretaña, que, mediante atropellos contra disposiciones aduaneras y una pugna con Francia por derechos de pesca, pretende forzar nuevas negociaciones sobre el acuerdo del «Brexit».

El Parlamento Europeo y los países integrantes de la UE tendrían que aprobar todavía los nuevos instrumentos para poder utilizarlos. Y, según lo que dicta la experiencia, podría tardar muchos meses.

Vladis Dombrovskis manifestó la esperanza de llegar a «un acuerdo rápido». Pero este nuevo «garrote» de la UE, en todo caso, no ayudará a Lituania en el conflicto actual con China.

El conflicto llegó también a la nueva ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock.

La ministra visitó al representante de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell. Se alegró mucho que la nueva ministra de Asuntos Exteriores viniera a Bruselas en su primer día de trabajo, dijo Borrell en inglés. «Esta visita tiene una gran importancia simbólica para la UE».

Borrell dio fe de la «agenda absolutamente positiva» de Baerbock y le agradeció los objetivos comunes. «Compartimos la prioridad de reforzar la soberanía de la UE», dijo. «Queremos que la UE sea un actor global creíble».

Es la primera vez que un jefe de la cancillería alemana visita, además de París, la UE en su primer día de trabajo, un gesto intencionado de la nueva ministra.

«Soy una verdadera europea de todo corazón», aseguró Annalena Baerbock a su anfitrión, sonriendo ante la prensa en un inglés fluido. Dijo que el nuevo Gobierno alemán se basa en la premisa de que la política de la UE debe ser más que la suma de las 27 políticas de los Estados miembros individuales.

«También hay problemas dentro de la UE, pero nunca debemos olvidar la increíble historia de éxito», dijo la ministra, en una reunión donde no se permitió a los periodistas hacer preguntas, tras una breve reunión con la prensa.

Josep Borrell y Annalena Baerbock quieren seguir debatiendo sobre temas como Bielorrusia, la migración, Ucrania o los Balcanes Occidentales, que apenas se pudieron mencionar. Ambos se volverán a ver el fin de semana, en la reunión del G7 en Birmingham, y luego el lunes, en la reunión ordinaria de ministros de Asuntos Exteriores de la UE.

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