INTERNACIONAL

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A partir del primer día de enero del 2022 China comenzará a aplicar severas restricciones a la importaciones de productos de bienes y servicios que afectarán a los vendedores de comestibles principalmente.
Las autoridades de Beijing no explicaron lasa necesidades de la nueva reglamentación, pero los afectados ─exportadores alimenticios en general─ señalaron deficiencias en la marcha de la economía china y la necesidad de proteger divisas del Banco Central, comentarios por ahora sin respaldo.
El avance de China sobre los países de América Latina, abundantes en materias primas y producción alimenticia, podriá ser parte de la explicación.
La venta de vino, chocolate o café ahora puede resultar más complicado a partir del sábado, con unas nuevas reglas de importación que obstaculizan a las empresas internacionales colocar alimentos y bebidas en el mayor mercado mundial.
Los consumidores chinos compraron por valor de 108.000 millones de dólares de productos importados en 2020, un número que se espera al alza en 2021 ante el incremento del 30% interanual en los tres primeros trimestres de este año.
Pero según nuevas leyes a implementar el 1 de enero, todos los productores de alimentos exportados a China deberán registrarse ante la autoridad aduanera, una nueva barrera para las empresas internacionales que suelen quejarse de trato injusto.
Antes, este requisito era necesario solamente para productos con potenciales riesgos sanitarios, como el marisco. Pero el café, el alcohol, la miel, el aceite de oliva, el chocolate y otros alimentos también serán vigilados ahora.
El día de Año Nuevo, «la cortina de importaciones se cerrará», dijo a AFP Alban Renaud, un abogado instalado en China con el gabinete Adaltys.
Pero hay muchas incógnitas: «¿Habrá un margen de tolerancia? ¿Qué pasará con las solicitudes en proceso pero todavía no aprobadas? ¿Y con aquellos que lo han solicitado demasiado tarde?», se pregunta.
Un empresario implicado en importaciones explicó a AFP que se necesita la certificación porque, «en caso contrario, los bienes llegarán al puerto y se deberán pagar multas».
Las empresas sin el papeleo cumplimentado pueden exponerse a retenciones aduaneras, advirtió.
Los importadores se quejan de que los detalles de las nuevas solicitudes se publicaron tarde y de que la web para registrarlas solo se puso en línea hace un mes. Además, la información no estaba disponible en inglés.
Algunas compañías recibieron el código de país equivocado, como un importador portugués que quedó registrado como español, dijo un diplomático en Beijing a AFP.
El semanario francés L’Express asegura que China ha reemplazado a Estados Unidos como potencia en torno a la cual giran las economías de varios países latinoamericanos gracias a las deudas colosales que han adquirido con Pekín, en particular Ecuador y Argentina. Washington teme las consecuencias estratégicas de esta situación.
El único cable internet submarino que conecta Sudamérica y África fue desplegado por China en 2018 entre Brasil y Camerún.
Ese es uno de los ejemplos que cita el periodista Axel Guyldén para ilustrar la creciente influencia de Pekín en América Latina desde hace unos 15 años.
«Cómo Beijing se apropia de América Latina»: así se titula el informe especial de L’Express en su edición doble de final de año.
«El continente latinoamericano, que era el patio trasero de Washington, se ha convertido en el terreno de caza exclusivo de China», agrega el semanario.
Otro ejemplo de este fenómeno es la instalación en 2017 en Argentina de una estación china de observación de satélites en la provincia de Neuquén (Patagonia), la cual es administrada directamente por el ministerio chino de la Defensa.
«Estados Unidos sospecha que China está detrás también del proyecto argentino de base naval en Tierra del Fuego, el cual fue anunciado el verano pasado por el presidente Fernández. La inversión se eleva a unos 300 millones de dólares y el propósito es convertir Ushuaia en una plataforma logística para el Atlántico Sur», escribe L’Express.
«Los chinos no compran «en» Brasil, sino que están comprando «al» Brasil», llegó a decir alguna vez Bolsonaro, si bien el semanario aclara que esto fue antes de que el presidente brasileño se mostrara menos severo con Pekín.
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