INTERNACIONAL

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El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, informó el lunes al presidente de Rusia, Vladímir Putin, que existen posibilidades de un acuerdo con Estados Unidos y la OTAN.
Las garantías de seguridad que reclama Moscú son «asuntos claves» donde podría avanzar un acuerdo diplomático, expresó el ministro, a la vez que anunció que continuarán los contactos.
«Debo decir que hay una posibilidad» de «resolver los problemas que deben ser resueltos», declaró Lavrov durante una conversación con el presidente Vladímir Putin retransmitida por la televisión.
La vía del diálogo «no se ha agotado, pero tampoco puede durar indefinidamente», agregó Lavrov, subrayando que Rusia está dispuesta a «escuchar contrapropuestas serias».
Estas declaraciones se producen un día antes que el canciller alemán Olaf Scholz llegue a Moscú para intentar avanzar en la resolución de la crisis ucraniana.
Los países occidentales acusan a Rusia de haber desplegado más de 100.000 militares en la frontera de Ucrania con intención de invadir el país vecino, algo que, según Estados Unidos, sería inminente.
Hubo un momento sobresaliente durante la conferencia de prensa del canciller alemán Olaf Scholz y el presidente estadounidense Joe Biden a principios de la anterior semana.
Al ser preguntados por el controvertido gasoducto Nord Stream 2 que une a Rusia y Alemania, fue Biden, y no Scholz, quien dejó claro que el proyecto se cerraría si Rusia se atreve a invadir Ucrania.
Sin embargo, Scholz mantiene sus opciones abiertas, aunque los dos subrayaron que Alemania y Estados Unidos seguirán coordinádos y actuando juntos.
El mensaje al Kremlin fue directo, Estados Unidos, Alemania y Europa hablan con una sola voz. Sin embargo, en el fondo, se plantea la cuestión de lo que Estados Unidos puede esperar realmente de Alemania, su estrecho socio y aliado, cuando se trata de Ucrania.
Cuando Ucrania solicitó recientemente el envío de armas de Occidente para equipar mejor a su Ejército, cuyo número de tropas es eclipsado por el de Rusia, el ministro de Defensa alemán ofreció en cambio 5.000 cascos. La propuesta fue ridiculizada y levantó algunas críticas en Estados Unidos y otros países.
En lugar de las armas, Alemania pretende confiar en la diplomacia, pero no será suficiente, opina la Casa Blanca según estima la DW.
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