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Como un círculo vicioso la imparable inflación en ciertos países de América Latina enciende la luz amarilla en los bancos centrales de la región. Pero tampoco Estados Unidos está aislado de un fenómeno que erosiona la remuneración de los trabajadores.
Así lo corroboró la agencia calificadora Moody’s Investors Service que advirtió el peligro de la elevada inflación en América Latina que impulsará a los bancos centrales de la región a implementar más aumentos en las tasas de interés.
«Los impulsores de la inflación en América Latina varían según el país, pero los precios más altos de los alimentos y la energía y las devaluaciones de las monedas han afectado a la mayoría de las grandes economías de la región, incluidos Brasil, Chile, Colombia, México y Perú», dijo Moody’s.
La agencia agregó que espera que el impulso de crecimiento de los precios se debilite un poco durante el segundo semestre de este año, si bien el ritmo de aumentos de precios al consumidor se mantendrán por encima de las metas de los bancos centrales.
En Estados Unidos la inflación se disparó durante 2021 a su mayor nivel en cuatro décadas, con un aumento de los precios al consumidor de 7,5% al terminar diciembre, en comparación con el registro anual en el mismo mes del año anterior, informó el Departamento de Trabajo.
La creciente inflación ha reducido el poder de compra de los estadounidenses y erosionado la popularidad del presidente Joe Biden, en una economía que aunque se recupera bien de la pandemia también está restando fuerza a los aumentos de salarios que han recibido los trabajadores.
Mensualmente, la inflación aumentó en 0,6% de diciembre a enero, una cifra igual al mes anterior y más de lo que esperaban los economistas. Los precios aumentaron 0,7% de octubre a noviembre y 0,9% de septiembre a octubre.
La escasez de suministros ante una fuerte demanda propulsada por los estímulos del Gobierno para amortiguar los estragos causados por la pandemia, más unas tasas de interés muy bajas, fueron el combustible que disparó la inflación.
Lo peor es que los economistas no ven señales de un alivio inmediato, porque muchos de los factores que propulsaron el alza de los precios no han desaparecido, los salarios siguen aumentando más rápido en los últimos 20 años, pero los puertos y almacenes sufren de escasez laboral mientras muchos productos están desaparecidos del mercado.
La Reserva Federal, encargada de mantener la inflación a raya en un nivel de alrededor del 2,0% anual, ya anunció medidas para contrarrestar el aumento, con posibles alzas de los intereses de préstamos en los próximos meses.
Otro informe del Departamento del Trabajo afirma que las solicitudes de beneficios por desempleo disminuyeron en 16.000 en la primera semana de febrero.
Este indicador se ha mantenido estable en los últimos meses en un nivel similar o a veces más bajo que antes de la pandemia.
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