INTERNACIONAL

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Estados Unidos está trabajando en estrecha colaboración con los aliados europeos para desarrollar una «estrategia a largo plazo» para reducir la dependencia de la energía rusa, dijo el presidente Joe Biden.
El presidente anunció una prohibición a la importación de energía rusa en el más reciente esfuerzo por aumentar las sanciones por la invasión de Rusia a Ucrania, «apuntando a la arteria principal de la economía de Rusia».
«El petróleo ruso ya no será aceptado en los puertos estadounidenses», dijo el presidente en declaraciones el martes en la Casa Blanca. «No seremos parte de subsidiar la guerra de Putin».
El presidente indicó que tomó la decisión en consulta con los aliados europeos, pero agregó que no están en posición de unirse a Estados Unidos para prohibir las importaciones de energía rusa. Dijo que Estados Unidos está trabajando en estrecha colaboración con los aliados europeos para desarrollar una «estrategia a largo plazo» para reducir su dependencia de la energía rusa.
Los aliados de EE. UU. y Europa habían aislado previamente al petróleo ruso de las amplias sanciones económicas impuestas a Moscú, citando su efecto en los mercados energéticos mundiales.
El gigante energético Shell dejará de comprar petróleo y gas natural ruso, además de cerrar sus estaciones de servicio y otras operaciones en el país, según anunció el martes en medio de presiones internacionales para que las compañías corten sus lazos con Moscú debido a la invasión de Ucrania.
Shell indicó en un comunicado el martes que dejaría de operar con todos los hidrocarburos rusos, incluidos crudo, derivados del petróleo, gas natural y gas natural licuado, «de forma gradual».
La decisión se tomó en medio de subas en el precio del crudo que han conmocionado los mercados globales. El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores criticó hace unos días a Shell por seguir comprando petróleo ruso, y criticó a la compañía por seguir haciendo negocios con el gobierno del presidente Vladímir Putin.
«Somos muy conscientes de que nuestra decisión de la semana pasada de adquirir un cargamento de crudo ruso para refinarlo en productos como gasolina y diésel ─pese a hacerse con la seguridad de los suministros en mente─ no fue la correcta y lo lamentamos», dijo el director general de Shell, Ben van Beurden. «Como ya hemos dicho, remitiremos los beneficios de la cantidad limitada restante de petróleo ruso que procesemos a un fondo dedicado».
El ministro Dmytro Kuleba, dijo que sabia que Shell compró «discretamente» el crudo el viernes y pidió al público que presionara a la empresa y otras firmas internacionales para detener esas compras.
«Una pregunta para Shell: ¿no les huele a sangre ucraniana el petróleo ruso?», tuiteó Kuleba. «Pido a las personas con conciencia de todo el mundo que exijan a las empresas multinacionales que corten todos sus lazos de negocios con Rusia».
Shell dijo la semana pasada que estaba «conmocionada por la pérdida de vidas en Ucrania» y que pondría fin a sus emprendimientos conjuntos con Gazprom, la enorme compañía de gas y petróleo controlada por el gobierno ruso.
El presidente venezolano, imprevisto actor en el conflicto, Nicolás Maduro dijo el lunes por la noche que acordó una agenda para futuras conversaciones con una delegación estadounidense con la que se reunió el sábado, la primera reunión de alto nivel entre los dos países en años.
Funcionarios de los dos países discutieron el alivio de las sanciones petroleras a Venezuela llegar a un acuerdo, habían dicho el domingo a Reuters cinco fuentes familiarizadas con el asunto.
Maduro dijo que ambas delegaciones abordaron «temas de interés», que la agenda va «hacia adelante». Agregó que las versiones de prensa que circularon «fueron pura especulación».
El mandatario dijo que lo acompañaron en la reunión con la delegación estadounidense en un salón del Palacio de Miraflores Jorge Rodríguez, jefe de la delegación oficialista en el proceso de diálogo entre el gobierno y la oposición en México, y por su esposa, Cilia Flores.
«Una reunión importante, seguramente Jorge Rodríguez dará detalles en los próximos días en una rueda de prensa y continuarán hacia adelante las conversaciones, las coordinaciones y una agenda positiva entre Estados Unidos y Venezuela», afirmó Maduro el lunes por la noche al finalizar una reunión con el alto mando político y militar.
«Yo ratifico, como le dije a la delegación, toda nuestra voluntad para, desde la diplomacia, desde el respeto y desde la máxima esperanza de un mundo mejor, nosotros queremos avanzar en una agenda que permita el bienestar y la paz de los pueblos de nuestro hemisferio», agregó.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el propósito del viaje era discutir una serie de temas, incluida la «seguridad energética» y los casos de nueve ciudadanos estadounidenses que están en prisión en Venezuela.
Funcionario del gobierno de EE. UU. dijeron a VOA: «la seguridad nacional y los intereses nacionales de Estados Unidos y la estabilidad hemisférica» son el principal motor de estos acercamientos. «Muy pronto para adelantarse a las conclusiones», agregaron.
Al hacer el anuncio, Maduro expresó preocupación por el conflicto en Ucrania y por las posibilidades de una guerra en Europa, e insistió en que Venezuela estará al frente de iniciativas para «estabilizar el mercado petrolero, el mercado gasífero, el mercado energético».
«Lo vengo diciendo en todos los idiomas, Venezuela está preparada, una vez recuperada PDVSA a nivel básico para crecer, uno, dos, tres millones de barriles si hicieran falta», expuso.
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