Memoria y olvido del Peronismo (IV), por Norberto Zingoni

OPINIÓN

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General Juan Domingo Perón / Foto: picryl.com

Por Norberto Zingoni, escritor, abogado, exjuez, corresponsal de LaCity.com.ar en Europa.

Lectura: 5 minutos

Decíamos en nuestros artículos anteriores de esta serie que los hechos históricos de nuestro país desde 1943 a 1973 deben ser motivo de investigación histórica y no utilizados como armas arrojadizas en la política actual como está sucediendo. Algunas de las cuestiones históricas que se traen (mal) al debate político actual son las siguientes: la persecución del peronismo a sus opositores con especial énfasis en el famoso «cinco por uno», la llegada de nazis luego de la Segunda Guerra Mundial y el supuesto fascismo del peronismo original.

La persecución a los opositores:
El gobierno peronista legalizó al Partido Comunista que estaba proscripto y sus afiliados y adherentes pudieron votar libremente a sus candidatos.

Y fue el primer gobierno en reconocer al estado judío de Israel el 14 de febrero de 1949.

Pero el clásico y que se repite al boleo todo el tiempo es la famosa frase «por cada uno de los nuestros que caiga caerán cinco de ellos». La historia es así: esa frase está en el discurso del 31 de agosto de 1955 y fue pronunciado por Perón en una masiva manifestación popular que luego del bombardeo a plaza de mayo de junio por los aviones de la marina pedían reprimir a los marinos que se habían exiliado en Montevideo y, lo más grave, pedían armar al pueblo para contener el golpe en ciernes (que se produjo dos meses después). Los repetidores ahistóricos olvidan, o ignoran, que es peor, que fueron meses de inusitada violencia. Luego del bombardeo de junio en plaza de mayo que perseguía matar a Perón pero que mató a 300 civiles y dejó unos 1500 mutilados, ya no había vuelta atrás. Perón no quiere armar al pueblo (como le había pedido Evita prácticamente en su lecho de muerte). Entonces saca ese discurso que tiene dos partes la primera de apaciguamiento y ante la insistencia de la masa enardecida (la ley 14117 lo autorizaba a fusilar a los marinos y civiles que habían bombardeado plaza de mayo) dice eso del cinco por uno que es más una bravuconada como lo prueba el hecho de que dos meses más tarde entregó el poder sin resistencia, «para evitar una guerra civil», dijo.

En fin, si van a mentar el «cinco por uno» recuerden la secuencia completa y las circunstancias en que se dijeron.

«Uno no encuentra en Buenos Aires la máquina ortodoxa de una dictadura. Aparte de los informes lúgubres y sensacionalistas que dicen lo contrario, el visitante no llega a sentir el aliento frío del terror ni el peso de la policía secreta. No hay campos de concentración ni presos políticos» (corresponsal de New Yorker, 26/6/1948).

La entrada de alemanes nazis luego de la guerra mundial: Otra falacia. Que se repite y se repite. La verdad es que los alemanes nazis se dispersaron por el mundo. Y muchos de ellos, la mayoría de los que llegaron a Argentina, lo fueron con pasaportes emitidos ¡por el Vaticano! Que se había dado una política de favorecer la salida de nazis de Alemania. Lo que sí trajo Perón fue la fábrica de autos Mercedes Benz en1951 y fue la primera filial fuera de Alemania.

Los EE. UU. fueron receptores de la mayoría de los científicos nazis entre ellos Wernher Von Braun. Fue una maniobra secreta originariamente denominada Operación Overcast, nombre en clave de la operación que tenía como objetivo la extradición a los Estados Unidos de todos los científicos nazis especializados en las denominadas «armas maravillosas». Eran los prolegómenos de la carrera espacial que culminaría con la creación de los cohetes Saturno V, diseñados por el exnazi Von Braun y su equipo y que en 1969 llevarían al hombre a la Luna.

Se refugiaron nazis en la Argentina: sí, pero también en todo el mundo.

El fascismo y el peronismo: Un clásico de las imputaciones. Encabezadas por un profesor de la Universidad de Bologna, Loris Zanata, hoy de moda en nuestro país. Parece que el profesor no ha leído a su colega Umberto Eco que fue profesor emérito de dicha Universidad. Dice Eco que el fascismo no tuvo ni una ideología ni una doctrina completa como sí la tuvieron el nazismo y el estalinismo. «El fascismo era un totalitarismo fuzzi (difuminado, confuso), no era una ideología monolítica, sino más bien un collage de diferentes ideas políticas y filosóficas, una colmena de contradicciones» (Cinque scritti morali). Si el fascismo original es difícil de definir ¿cómo puede catalogarse de fascismo a un movimiento latinoamericano por el solo hecho de descalificarlo? Algunas diferencias:

-el fascismo convivía el ejército regular con las milicias armadas, milicias populares que Perón nunca quiso autorizar.
-el «culto a la tradición» del fascismo tampoco se encuentra en el peronismo.
-la inmigración masiva de los años 50 también aventaba cualquier atisbo racista.
Lo dicho: la tentación de falsear la historia tiene un precio muy alto: si no sabemos de dónde venimos no sabremos adónde vamos.

Otro artículo escrito por Norberto Zingoni: Memoria y olvido del Peronismo (III)

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