OPINIÓN

*Escribe Mariana Gonzalez, especialista en Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA. MBA, ITBA.
Lectura: 7 minutos
Está de moda usar el término «verde» para distintos productos de la industria, tratando de identificarlos con los conceptos de: amigables con el medio ambiente, ecológicos, sustentables, no contaminantes, comprometidos con el planeta, saludables, etc. No siempre coincide con la realidad, pero vende muy bien, en esos casos la estrategia se llama «greenwashing».
Hasta existe la economía verde o economía ecológica, opuesta a la llamada economía tradicional. Se dedica a la gestión sostenible en base a la valoración de variables ambientales y sociales, además de las clásicas.
El sector energético en general, y dentro de éste el del petróleo y sus derivados son los más contaminantes. Se estima que más del 50% de las emisiones de CO₂ provienen de este sector.
La lista de las empresas más contaminantes ratifican esa situación: Gazprom (estatal rusa, el más grande extractor de gas natural mundial), Coal India (estatal india, el mayor productor de carbón mundial), Glencore Xstrata (anglo suiza, mayor compañía del sector minero del mundo), Petro China (china, mayor productor de petróleo de Asia), Shell (anglo holandesa), Exxon (de Estados Unidos), Total (francesa), Petrobras (estatal de Brasil), BP (petrolera británica). Fuente: Agencia Thomson Reuters. Excepto Brasil, todos en el hemisferio norte. Grandes responsables de la peligrosa emisión de gases de efecto invernadero.
La ciencia, hace décadas, que está tratando de reemplazar esas formas de energía contaminante por las llamadas energías limpias, renovables… verdes: hidráulica, eólica, geotérmica, de la biomasa, mareomotriz, geotérmica, solar. Además de ser no contaminantes, es esencial su papel en la seguridad energética. Elemento clave para cumplir con los compromisos marcados para 2050 en la lucha contra el cambio climático.
El hidrógeno se obtiene, entre otras fuentes, del agua, elemento abundante en la naturaleza si los hay, al alcance de la mano, renovable, de combustión limpia… verde. La sustancia más simple y ligera de la naturaleza, un protón y un electrón. Se lo encuentra en la naturaleza en estado gaseoso, en forma de molécula diatómica H2. Inflamable, incoloro, inodoro, no metálico e insoluble en agua.
Se lo utiliza, principalmente, para el mejoramiento de combustibles fósiles, en la metalurgia y en la producción de amoníaco para la industria de los fertilizantes.
El hidrógeno verde es el generado por energías renovables, fotovoltaica (paneles solares), o eólica (molinos), de bajas emisiones. Se obtiene a través de electrólisis, una corriente eléctrica continua que se conecta mediante electrodos al agua, que, si se realiza con energía renovable, es el método más sostenible de producción. A través de la electrólisis se divide la molécula de agua H₂O en sus dos componentes hidrógeno y oxígeno.
El hidrógeno gris, que es el 95% del mercado comercial actual, se produce por la técnica de reformado por vapor de gas natural, más contaminante y más barato de obtener.
El hidrógeno azul, se produce como el gris, pero, con técnicas capaces de almacenar el CO₂ que produce.
Existe, hasta un hidrógeno rosa que es obtenido a través de energía nuclear.
Teniendo en cuenta que, ahora, tanto la energía solar como la eólica son una realidad cotidiana y que el mundo está tomando real conciencia del desastre ambiental que nos está amenazando, sea la hora de que los países tomen acciones rápidas para destrabar la investigación y el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde, redireccionen los subsidios energéticos y retiren las barreras proteccionistas de la industria de energías fósiles.
Según la IEA (International Energy Agency) «Europa lidera el despliegue de capacidad de electrolizadores, con el 40 % de la capacidad instalada mundial, y se prevé que siga siendo el mercado más grande a corto plazo gracias a las ambiciosas estrategias de hidrógeno de la Unión Europea y el Reino Unido. Los planes de Australia sugieren que podría alcanzar a Europa en unos pocos años. Se espera que América Latina y Medio Oriente desplieguen también grandes cantidades de capacidad, en particular para la exportación. China tuvo un comienzo lento, pero la cantidad de anuncios de proyectos está creciendo rápidamente, y Estados Unidos está intensificando sus ambiciones con su Hydrogen Earthshot recientemente anunciado».
Fridolin Pflugmann and Nicola De Blasio, especialistas y docentes en temas energéticos opinan «Después de un siglo de dominio de los petroestados globalizados, un auge del hidrógeno verde podría democratizar la energía. En lugar de perforar y realizar fracking en busca de depósitos en las profundidades del suelo, un país exportador simplemente necesitaría capturar más energía solar o eólica de la que utiliza en el transcurso de un año. Pero el viento abundante y los días soleados por sí solos no hacen un magnate del hidrógeno verde. Muchas de las naciones ricas en petróleo y quemadas por el sol del Medio Oriente que dominan la producción de petróleo en la actualidad ciertamente podrían capturar energía solar adicional, pero es posible que nunca se conviertan en importantes exportadores de hidrógeno verde porque carecen de otro recurso cada vez más valioso: el agua».
Latinoamérica es un ejemplo de que se pueden llegar a cambiar las monarquías energéticas:
Chile está dotado naturalmente de una enorme riqueza en energías renovables y agua dulce, por lo que tiene el potencial de llegar a ser uno de los productores más competitivos de hidrógeno verde en el mundo. En noviembre 2020, el Ministerio de Energía del gobierno de Chile publicó su Estrategia Nacional Hidrógeno Verde. Sus metas, entre otras, son alcanzar la neutralidad del carbono para el 2050 y ubicarse dentro de los cinco exportadores más grandes del mundo. Están trabajando para ello con ahínco y convicción.
Costa Rica, en diciembre 2021 firma el decreto para promover el desarrollo de una economía de hidrógeno verde, dentro del Plan Nacional de Descarbonización. Según su presidente Carlos Alvarado «Las grandes economías no generan mucha electricidad de energías renovables. Les faltan años para eso. En cambio, nuestra matriz eléctrica es 99,8% limpia y renovable, por lo que estamos un paso adelante».
Argentina, en diciembre 2021 firma convenio con la empresa australiana Fortescue para producir hidrógeno verde en los alrededores de Sierra Grande, antigua mina de hierro, la mayor de Sudamérica en su momento. Argentina aparece como candidata a producir a gran escala y exportar por sus vientos en el sur, su sol en el norte y su agua dulce en toda su extensión.
Julio Verne, 1874, «Creo que un día el agua será un carburante, que el hidrógeno y el oxígeno que la constituyen, utilizados solos o conjuntamente, proporcionarán una fuente inagotable de energía y de luz con una intensidad que el carbón no puede».
*Mariana Gonzalez
Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA
MBA ITBA
Empresaria en Argentina y Uruguay en empresas de tecnología.
Otro artículo escrito por Mariana Gonzalez: Telosa, ciudad inteligente