INTERNACIONAL

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El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, ofreció al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski «brindar todo el apoyo necesario para el inicio del proceso de negociación entre Ucrania y la Federación Rusa, incluida la asistencia y la mediación en el proceso de Estambul».
Así lo publicó la agencia ucraniana de información, Ukrinform, indicando que el líder turco manifestó durante la conversación que el mayor deseo de Turquía es la llegada de la paz a Ucrania.
Erdogan también afirmó que se está trabajando en el plan preparado por las Naciones Unidas con respecto al suministro de grano ucraniano al mercado mundial, siguendo el informe de la agencia ucraniana.
El presidente turco opinó que la solución entre Ucrania y Rusia «será en todo caso a través de la diplomacia, por lo que la mesa de negociaciones debería estar abierta».
UKrinform informó asimismo que el presidente turco también mantuvo una conversación con Vladímir Putin, donde la necesidad de tomar medidas sobre el plan de la ONU para crear un corredor destinado a proteger la exportación de granos en el mar Negro.
Según Erdoğan, la guerra entre Ucrania y Rusia debe terminar con una «paz larga y justa», y esto debe lograrse mediante negociaciones.
«Turquía está lista para hacer todas las contribuciones posibles para revitalizar el proceso de negociación», afirmó.
También el presidente de Brasil Jair Bolsonaro decidio impulsar conversaciones de paz, a la luz de sus vínculos comerciales con Rusia, que incluyen la neutralidad de Brasil en el conflicto que comenzó con el asalto del ejército ruso a Ucrania.
«El próximo día 18 tengo una llamada telefónica programada con Zelenski (…) Queremos cada vez más hacer lo posible por la paz», dijo Bolsonaro ante la presidenta de Hungría, Katalin Novák, que está de visita oficial en Brasil.
Desde el estallido de la guerra, Bolsonaro ha evitado condenar los ataques rusos en territorio ucraniano y mantenido una posición «neutral» y de «equilibrio» ante el conflicto.
Asimismo, se ha mostrado crítico con el cerco de sanciones económicas que ha adoptado Occidente contra Rusia, a las que no se ha sumado Brasil, la mayor economía de Latinoamérica.
De hecho, Bolsonaro ha impulsado la cooperación con el Gobierno del presidente ruso, Vladímir Putin, al que visitó en febrero pasado en vísperas de la guerra, para garantizar el suministro de fertilizantes para los productores agrícolas brasileños.
En la misma línea, el jefe de Estado brasileño afirmó el lunes que tiene «casi cerrado» un acuerdo para comprar diésel «más barato» de Rusia, en un momento en que la Unión Europea y Estados Unidos están recortando sus importaciones de hidrocarburos rusos por la guerra.
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