ARGENTINA

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En Argentina, la crisis económica es permanente y dramática. En las últimas semanas, el peso argentino perdió valor ante el dólar. Hace unos 10 días, por 100 dólares se pagaban 25.000 pesos en las casas de cambio. Luego por esa suma se obtienen 34.000 pesos.
Una pérdida de casi un 33 por ciento en el llamado «dólar blue», no oficial, cuya cotización es decisiva para la vida económica del país, ya que influye directamente en los precios.
Los alimentos, el combustible, el transporte, en realidad, todo se encarece cada vez más. Los precios de los productos se cambian semanalmente, e incluso a diario.
El Gobierno del presidente Alberto Fernández trata de tomar medidas sin éxito por caso un cambio en la cúpula del Ministerio de Economía. Martín Guzmán fue reemplazado por Silvina Batakis, quien ha estado ocupada tratando de calmar de alguna manera a los mercados desde el primer día.
Todo gira en torno al dólar, y cómo conseguirlos. Ahorrar en pesos ya casi no tiene sentido, porque la tasa de la inflación aniquila el valor de los ahorros.
Hace tiempo que en el país se debate quién es culpable de la situación. «A la Argentina le robaron», dice a DW el dirigente social Juan Grabois, jefe de un sector radical, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos y de la Confederación de Trabajadores de la Economía.
La culpa, según él, es del crédito de miles de millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que tomó el gobierno anterior de Mauricio Macri. Ese crédito es la causa de la inmensa deuda externa del país.
En eso discrepa Rebeca Fleitas, diputada del partido liberal populista La Libertad Avanza, liderado por el mediático y polémico economista Javier Milei. En entrevista con DW, Fleitas dice que la falla está en el actual modelo económico de Argentina, que sigue haciendo retroceder al país: «Nuestro sistema económico está enfermo. El sector privado es demasiado débil, producimos demasiado poco. Y encima tenemos un aparato estatal demasiado inflado».
Según las cifras más recientes, el 37,2 por ciento de la población argentina vive por debajo del umbral de la pobreza, enorme cifra de 17,4 millones de personas. Para ellos, la actual tendencia inflacionaria es una catástrofe humanitaria, porque los pocos pesos que tienen se están volviendo cada vez menos valiosos.
No importa lo duro que trabajen, ya no tienen lo suficiente para sobrevivir. Las consecuencias son también una creciente criminalidad e inseguridad en las calles. La lucha por la supervivencia se vuelve cada vez más difícil y la brecha en la sociedad es cada vez más profunda.
La nueva ministra de Economía de Argentina, Silvina Batakis, afirmó que el país se compromete a cumplir con el acuerdo firmado en marzo de 2022 con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha generado fuertes divisiones en el seno del oficialismo.
«Es un acuerdo que firmamos como Estado y tenemos que cumplir», aseveró Batakis en una conferencia de prensa en Buenos Aires para anunciar sus primeras medidas después de asumir el cargo hace justo una semana, tras la renuncia de Martín Guzmán en medio de las fuertes divisiones que vive el oficialismo ─principalmente por las críticas del kirchnerismo al convenio firmado con el FMI─ y la delicada situación económica del país.
El Gobierno de Fernández firmó en marzo pasado un nuevo acuerdo con el FMI para refinanciar el crédito de 44.000 millones de dólares otorgado por el organismo cuando aún gobernaba el moderado Mauricio Macri (2015-2019) y que el actual Ejecutivo no podía afrontar en las condiciones originales.
El programa de facilidades extendidas (EFF) suscrito con el organismo multilateral contempla una reducción del déficit fiscal hasta el 2,5 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2022, una contracción de la asistencia monetaria al Tesoro hasta el 1 % del PIB y un incremento de las reservas internacionales netas de 5.800 millones de dólares este año.
Para cumplir esos objetivos, la ministra de Economía consideró indispensable «dar un cierto orden y equilibrio a las finanzas del Estado nacional» mediante el «equilibrio fiscal».
«Soy una persona que cree mucho en el equilibrio fiscal. Nosotros, en situaciones extremas, como la pandemia, entendemos que el sector público tiene que utilizar los déficits como instrumento contracíclico, pero una vez pasadas esas situaciones tenemos que retomar el sendero de equilibrio», dijo Batakis.
En ese sentido, la titular de Economía presentó un conjunto de medidas para «transitar hacia la sostenibilidad» de las cuentas públicas, como la modificación de la ley de administración financiera o la creación de un comité asesor que haga propuestas en materia de deuda soberana en pesos, entre otras iniciativas.
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