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«Lo que pasó el sábado en Limán representa un duro desafío para nosotros», expresó el domingo Vladímir Solovyov, conductor de un programa periodístico en horario central en el canal estatal Rusia 1 y uno de los que más elogia al Kremlin.
«Tenemos que reagruparnos, tomar decisiones impopulares pero necesarias y actuar», indicó el comentarista.
Las quejas de los aliados del presidente Putin, especialmente en los medios oficialistas de comunicación, aumentaron con la contraofensiva ucraniana en la región de Járkiv, en el noroeste de Ucrania.
Por primera vez en el curso de la invasión militar a Ucrania se advierte enojo con incertidumbre en la televisión estatal y los diarios apoyados por el gobierno.
«Las derrotas rusas en (la región de) Járkiv y en Limán, combinadas con los problemas del Kremlin para realizar una movilización parcial de una manera efectiva y justa, están alterando radicalmente lo que sucede en los espacios informativos», manifestó un informe del Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington.
El domingo, luego de la contra ofensiva de Ucrania que le permitió retomar Limán, una ciudad oriental importante para los rusos desde un punto de vista logístico, los aliados de Vladímir Putin reclamaron medidas mas eficaces.
La prensa oficialista acusó directamente a los militares, diciendo que se necesitaban medidas más duras.
«Lo que pasó el sábado en Limán representa un duro desafío para nosotros», expresó el domingo Vladimir Solovyov, conductor de un programa periodístico en horario central en el canal estatal Rusia 1 y uno de los que más elogia al Kremlin. «Tenemos que reagruparnos, tomar decisiones impopulares pero necesarias y actuar».
Las fuerzas ucranianas reconquistaron Limán un día después que Moscú festejase la anexión de cuatro regiones ucranianas, incluida la de Donetsk. El 40% de esa región, incluida Limán, sin embargo, está en manos de Kiev.
Ahora las fuerzas ucranianas podrían seguir penetrando territorios que Moscú se atribuye como propios. El lunes se apuntaron más progresos en al menos dos frentes, penetrando zonas que Rusia quería incorporar.
El líder de Chechenia, una región rusa al norte del Cáucaso, atribuyó la retirada de Limán a un comandante general.
Ramzan Kadyrov, firme aliado del Kremlin, dijo en las redes sociales que la incompetencia de este general estaba siendo «encubierta por el estado mayor conjunto» y pidió «que se tomen medidas más drásticas».
Un artículo del popular tabloide oficialista Komsomolskaya Pravda presentó un panorama bastante negativo de los militares.
El despacho, publicado el domingo, decía que las fuerzas rusas de Limán tenían serios problemas de abastecimiento y escasez de personal, mala coordinación y habían cometido errores tácticos.
«Es lo mismo de siempre», dice un soldado no identificado citado en el artículo, integrante de las unidades que se retiraron de Limán hacia Kreminna, otra ciudad de gran importancia estratégica que está en la mira de las fuerzas ucranianas. ÉNo hay comunicación entre las diferentes unidades».
Publicaciones de corresponsales de guerra rusos en la aplicación Telegram hablan también de la retirada de Járkiv y algunos expresan preocupación por la posibilidad de que los ucranianos le apunten ahora a Kreminna.
«Ahora resulta que las fuerzas armadas ucranianas penetraron nuestras defensas 30 kilómetros, en dirección a Lugansk, en dos días. No dejan que (las fuerzas rusas) tomen posiciones cerca de Kreminna. Increíble», escribió el corresponsal de Rusia 1 Alexander Sladkov en su canal de Telegram, que tiene 940.000 seguidores.
Los conductores de noticiero y programas políticos del canal de televisión estatal Rusia 1 describieron el domingo la pérdida de Limán como «algo duro» de digerir.
Siguiendo la línea del Kremlin, soldados rusos atribuyeron los reveses a la OTAN, diciendo que suministra armas e incluso combatientes a Ucrania.
«(La ocupación de Ucrania) No es un juego, esto no ha sido un juego por mucho tiempo», declaró un soldado a un periodista de Rusia 1 en la región de Donetsk. «Es una ofensiva meticulosa, clara, del ejército de la OTAN».
Otras personalidades del periodismo adoptaron la misma postura. El domingo Solovyov dijo en su programa que Moscú «no enfrenta a Ucrania, eso ya pasó. Lidiamos con todo el bloque de la OTAN, con el gran poderío de su complejo industrial militar».
Agregó que «no hay que esperar buenas noticias» del frente de batalla a corto plazo. «Hay que tener voluntad y paciencia estratégica».
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