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Recesión económica y mal momento para las empresas, resultado de la tormenta política que agita al Reino Unido.
La renuncia de la primera ministra Liz Truss está castigando una economía en recesión y oscureciendo las perspectivas para las empresas.
La encuesta de S&P Global sobre gerentes de compras del sector privado cayó a 47,2 en octubre, muy por debajo de la lectura de 48,1 que esperaban los economistas y más al interior del territorio que indica una contracción.
La peor lectura de expectativas para el año venidero desde el comienzo de la pandemia sugiere que la economía se contraerá en el cuarto trimestre, indicó el lunes la firma de investigación.
Las cifras indican el creciente costo de la implosión del Gobierno de Truss después de que su plan de recortar impuestos fracasara, provocando una caída en el valor de la libra esterlina y los bonos del Reino Unido.
S&P dijo que, excluyendo la pandemia, la producción ahora está cayendo más rápido que en cualquier otro momento desde la crisis financiera mundial de 2009.
«El ritmo de la contracción económica cobró impulso después de la reciente agitación política y del mercado financiero», dijo Chris Williamson, economista jefe de negocios de S&P Global Market Intelligence.
«Parece seguro que el PIB caerá. El Reino Unido está en recesión».
La conclusión del informe es inusual al culpar directamente a los líderes políticos por las malas perspectivas de la economía.
Truss renunció la semana pasada como líder del gobernante Partido Conservador, desencadenando una contienda por el liderazgo que traerá a un tercer primer ministro al cargo este año.
La encuesta indicó que los mayores costos de endeudamiento y la incertidumbre en torno a la situación política estaban afectando la confianza de los ejecutivos empresariales.
El sector fabril mostró una caída particularmente pronunciada en la producción, lo que sugiere que no se están beneficiando de la caída de la libra frente al dólar y el euro.
«La confianza empresarial se ha derrumbado, cayendo a un nivel rara vez visto en los 25 años de historia de las encuestas», señaló Williamson.
«La inversión y el empleo se verán afectados a medida que las empresas se ajusten al entorno cada vez más desafiante. La contratación ya se está desacelerando drásticamente», expresó.
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