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El primer ministro Rishi Sunak aplazó la presentación de su plan presupuestario para tranquilizar a los mercados después del descalabro de la anterior, Liz Truss.

Se comprometió a reinstaurar una moratoria sobre la fracturación hidráulica el miércoles, en su primer día completo en el cargo.

Sunak, multimillonario banquero de 42 años, nieto de inmigrantes indios, fue nombrado el martes jefe de gobierno en sustitución de la también conservadora Liz Truss.

Truss asumió el 6 de septiembre en reemplazo de Boris Johnson, pero dimitió la semana pasada, bajo la presión de los mercados y su propio partido conservador debido al caos financiero causado por sus políticas de recortes fiscales y ayudas públicas, sin financiación en tiempos de altísima inflación.

Buscando calmar la inquietud de los mercados, su ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, había aceptado adelantar al 31 de octubre la presentación del presupuesto, previsto para el 25 de noviembre.

Pero Kwarteng acabó siendo destituido y remplazado hace dos semanas por el más moderado Jeremy Hunt, tras lo cual también Truss tuvo que dejar el poder después de verse empujada a suprimir, una a una, sus principales reducciones de impuestos.

Defensor de la ortodoxia presupuestaria, Sunak prometió corregir sus «errores» y devolver «la estabilidad y la confianza económicas».

El nuevo primer ministro anunció este miércoles que volverá a prohibir la extracción de hidrocarburos por fractura hidráulica («fracking»), un veto que su antecesora al frente del Gobierno, Liz Truss, había levantado.

En su primera sesión de control al Ejecutivo en el Parlamento como primer ministro, Sunak aseguró que mantendrá en ese terreno las promesas del programa electoral con el que su compañero de partido Boris Johnson ganó las últimas elecciones generales, en 2019, que defendía una moratoria para todos los proyectos de fractura hidráulica.

Un portavoz de Downing Street, su despacho oficial, confirmó más tarde que el primer ministro va a reintroducir esa moratoria.

Truss, que dimitió la semana pasada como jefa de Gobierno, había levantado ese veto para reducir la dependencia energética exterior del Reino Unido, aunque aseguró que sólo se iniciarían perforaciones en zonas donde se tuviera el beneplácito de los residentes locales.

Una votación sobre los planes energéticos de Truss fue uno de los últimos incidentes de la caída de su gobierno.

La noche previa a la dimisión, una manifestacion de diputados «tories» que no querían dar su apoyo el regreso del «fracking» sembró el caos en la Cámara de los Comunes.

Luego algunos diputados acusaron de «acoso» a los responsables de disciplina parlamentaria conservadores, conocidos como «hombres del látigo».

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