Tensión en Kosovo, analiza Carmen Verlichak

OPINIÓN

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Foto: nara.getarchive.net

Escribe Carmen Verlichak, licenciada, escritora, periodista, historiadora. Miembro de la Academia de Artes y Ciencias de la Comunicación, especial para Lacity.com.ar.

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Zagreb. Treinta años pasaron desde que los cruces entre Serbia y Kosovo terminaran de manera sangrienta, y otra vez están enfrentados estos dos países.

Un conflicto de proporciones desconocidas se manifestó estos días cuando el gobierno kosovar exigió que las placas de los automóviles de los habitantes del país llevaran el nombre de Kosovo. A lo que se opusieron los serbios que viven en Kosovo; no solo se opusieron sino que se retiraron del parlamento y todos los organismos oficiales a los que, como minoría, pertenecen. Los serbios de Kosovo están muy unidos en sus decisiones con la propia Serbia, aunque el presidente de ese país, Aleksandar Vučić, negó que esta retirada se haya producido por sugerencia de su gobierno.

Vučić tiene su propia tensión en el contexto del ataque ruso a Ucrania ya que su país necesita y quiere entrar en la Unión Europea, pero la Unión Europea le exige que se sume a las sanciones contra Rusia; y Serbia no cree poder sancionar a su aliada de siempre.

Recordamos que Kosovo declaró su independencia en el año 2008 y fue reconocido como estado independiente por sus vecinos Croacia, Bulgaria y Hungrìa y por la ONU, Francia, Gran Bretaña y un centenar de estados más,
No le conceden ese status de independencia ni China ni Rusia y, por supuesto, tampoco lo reconoce Serbia.

La mayoría de los habitantes de Kosovo está compuesta por albaneses de religión musulmana. El censo de 2011 mostró que los habitantes de Kosovo son 1.739.825, de los cuales el 92,93 por ciento son albaneses y el 1,47 serbios; agrupados al norte del país. El número de los serbios fue disminuyendo drásticamente desde 1945.

Los serbios conservan su religión ortodoxa y un aspero disenso con el modo y costumbres albanesas. Kosovo es para los serbios su lugar histórico más querido porque allí se libró la batalla de ese nombre en 1389, aunque los serbios perdieron frente a los turcos. Precisamente el nombre Kosovo proviene de allí, quiere decir campo de los mirlos (kos: mirlo). lugar de la malhadada batalla.

La guerra de Bosnia de los años 90 terminó con la creación de la República Srpska, es decir, con un país serbio enclavado en el territorio de Bosnia. Pristina, la capital de Kosovo, teme que se pueda producir algo así entre ellos.

Mientras el presidente Vučić usa un tono amenazante en sus declaraciones y le pide al gobierno de los EE. UU. que no se involucre, hay preocupación por la modalidad expansiva que pueden tener los conflictos entre serbios y sus vecinos.

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