INTERNACIONAL

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Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20 (los países con las economías más desarrollas y los más emergentes), se reunieron por primera vez este viernes en la India, donde el primer ministro de ese país, Narendra Modi, pidió una reforma de las organizaciones de crédito globales como el Banco Mundial en el inicio de una cumbre del grupo.
Los debates en Bangalore, ciudad sureña que recibe desde hoy y hasta el próximo sábado las sesiones del G20, estarán centrados en los efectos dañinos de la pandemia del COVID-19 y la guerra en Ucrania a un año del inicio del conflicto bélico, pero también en aliviar la deuda de países pobres enfrentados a la inflación alimentaria y energética.
«La confianza en las instituciones financieras internacionales se ha erosionado. Esto es en parte porque han sido muy lentas para reformarse», dijo Modi en un mensaje por video en la apertura de la cumbre de dos días.
«Necesitamos trabajar colectivamente para fortalecer los bancos de desarrollo multilateral para enfrentar los desafíos globales como el cambio climático y los altos niveles de deuda», agregó.
Previo a la cumbre, el Fondo Monetario Internacional señaló que un 15 % de los países de bajos ingresos están en dificultades de pago, y que hasta un 45 % están en riesgo alto de encontrarse en la misma situación.
Al margen, Ucrania es uno de los principales asuntos en las agendas de los ministros, especialmente del Grupo de los Siete países más desarrollados (G7), que aguardaron para llegar a la India a fin de anunciar un mayor respaldo a Ucrania en la guerra.
El ministro de Finanzas japonés, Shunichi Suzuki, anunció en Bangalore una ayuda financiera a Ucrania de 39.000 millones de dólares para 2023 acordados por los miembros del G7.
Suzuki, que no reveló cuánto aportará cada país, destacó la capacidad de respuesta del G7, formado por Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y EE. UU., que acumulan más de la mitad de la riqueza mundial.
Se trata del primer encuentro ministerial de alto nivel que organiza la India desde que asumió la presidencia del G20, en noviembre pasado.
El Gobierno de Sri Lanka anunció que dejará de pagar de manera temporal su deuda externa, en medio de graves problemas de liquidez que han sumergido al país en una crisis económica profunda, a la espera de un rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI).
«La política del Gobierno de Sri Lanka será suspender el servicio normal de la deuda», según detalló en una nota el Ministerio de Finanzas, que espera reestructurar de una manera ordenada sus pagos y acometer «un programa de ajuste económico respaldado por el FMI».
La política afecta a «todos los bonos en circulación en los mercados de capital internacionales, todos los créditos bilaterales (de gobierno a gobierno), excepto las líneas de canje entre el Banco Central de Sri Lanka y un banco central extranjero», precisa el documento.
Quedan también suspendidos los pagos de «todos los acuerdos de préstamo denominados en moneda extranjera de líneas de crédito con bancos comerciales o prestamistas institucionales incluidas las instituciones de propiedad o controladas por gobiernos extranjeros», en los que Sri Lanka es el deudor o garante.
Así, «todos los pagos de capital e intereses que venzan después de las 17.00, hora de Sri Lanka (11.00 GMT), del 12 de abril de 2022, en virtud de las deudas afectadas, se considerarán capitalizados y dichos montos devengarán intereses durante el período interino a la tasa contractual normal aplicable a ese crédito», indicó.
El Gobierno de Sri Lanka se refirió a estas como medidas de emergencia que implementa de manera «temporal», insistió, para preservar la situación financiera del país hasta que, «con la asistencia del FMI y otros socios de Sri Lanka, se pueda preparar un plan completo de recuperación».
El Gobierno de Gotabaya Rajapaksa está en discusiones con el FMI para diseñar un programa de ajuste económico que permita a la nación enfrentar sus compromisos internos y externos.
Según datos del Ministerio de Finanzas, la deuda de Sri Lanka hasta finales de 2021 ascendía hasta al 102,8 % de su Producto Interior Bruto (PIB), con unos 54.000 millones de dólares de deuda, de los cuales 20.000 millones de dólares son de deuda extranjera.
La situación económica en Sri Lanka ha ido empeorando sin embargo desde entonces, ya que a la pandemia se ha unido la crisis relacionada con la guerra de Ucrania, reconoció hoy el propio Ministerio de Finanzas.
Los principales prestamistas foráneos de Sri Lanka son el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Asiático, y entre los préstamos bilaterales entre países destacan Japón, China o la India, que ha entregado ya varias líneas de crédito a la nación isleña en lo que va de año.
Sri Lanka se enfrenta a una crisis económica sin precedentes provocada, en parte, por el gran endeudamiento del país, la recesión económica durante la pandemia y una caída drástica de la actividad turística.
A ello se suma un exceso de impresión de dinero y la consecuente depreciación de la moneda nacional, promovida por el Gobierno para hacer frente al gasto público.
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