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El expresidente estadounidense dijo que había «filtraciones» de la «corrupta» oficina del fiscal de Manhattan que anunciaban la detención. Trump aspira a volver a competir por la Casa Blanca en 2024.
Donald Trump anunció este sábado en su red social Truth Social que espera ser arrestado el próximo martes y convocó a manifestaciones, ante una posible acusación por un soborno pagado a una actriz pornográfica.
El mandatario indicó que había «filtraciones» de la oficina del fiscal de distrito de Manhattan «corrupta y altamente politizada» que anunciaban la inminente detención. Trump aspira a volver a competir por la Casa Blanca en 2024.
«El principal candidato republicano y expresidente de Estados Unidos será arrestado el martes de la próxima semana. ¡Protesta, recupera nuestra nación!», expresó.
La investigación se centra en un pago de 130.000 dólares realizado antes de las elecciones de 2016 para que Stormy Daniels, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, no revelara la relación que asegura haber tenido con Trump años antes y que el expresidente niega.
Los fiscales están evaluando presentar cargos contra Trump por este caso. Si el fiscal de distrito de Manhattan inculpa a Trump, el magnate de 76 años se convertiría en el primer expresidente estadounidense acusado de un delito.
El viernes, el abogado del exmandatario le dijo al canal CNBC que su cliente se entregaría para enfrentar cargos penales si un gran jurado de Manhattan lo acusaba.
Nikki Haley anunció que se lanzará a la carrera por la Casa Blanca en 2024. En el video en que dio a conocer su decisión de postular a la nominación por el Partido Republicano no mencionó por su nombre a Donald Trump, pero afirmó que es «tiempo de una nueva generación de liderazgo».
Nacida en 1972 de una pareja de inmigrantes indios, Nikki Haley creció en la pequeña localidad de Bamberg, en Carolina del Sur, como sij, y posteriormente se convirtió al cristianismo.
Su carrera política se inició en 2004, cuando ganó un escaño en la Cámara de Representantes de Carolina del Sur. Fue elegida por segunda vez, con una campaña que promovía los recortes de impuestos, el control de la inmigración y la restricción del acceso al aborto.
En una entrevista concedida al New York Times en 2012, contó que un discurso de Hillary Clinton en la Universidad de Birmingham la había inspirado a presentarse como candidata.
Haley hizo historia en 2011, cuando se convirtió en la primera mujer en gobernar el estado de Carolina del Sur. Tenía entonces 38 años y fue también la gobernadora más joven de ese estado, bastión de los republicanos, en que derrotó por poco margen a su rival demócrata. En su reelección, en 2014, se impuso con más claridad.
Al año siguiente, tras un tiroteo en una iglesia de Charleston en 2015, en el que un supremacista blanco mató a nueve feligreses negros, Haley hizo retirar la bandera confederada de batalla ─considerada por algunos como un símbolo de racismo─ de los terrenos del Capitolio estatal.
En el período previo a las elecciones presidenciales de 2016, Haley apoyó primero a los senadores republicanos Marco Rubio y Ted Cruz. En un acto de campaña afirmó que: «Donald Trump es todo lo que enseñé a mis hijos no hacer en la guardería».
No obstante, tras ganar la nominación republicana y luego la presidencia, Trump la designó como embajadora de EE. UU. ante las Naciones Unidas. El Senado confirmó posteriormente su nombramiento por abrumadora mayoría a pesar de su falta de experiencia en política exterior. Haley renunció a ese cargo en 2018.
Nikki Haley no parece tener mayores posibilidades de imponerse en el Partido Republicano contra el expresidente Trump, que no da muestras de inmutarse por su candidatura.
«Donald Trump no le preocupa su candidatura porque sabe perfectamente que su apoyo entre los republicanos tiene un techo bajo», dice Thomas Greven, del Instituto John F. Kennedy, de Berlín. Considera que la candidatura de Haley en las primarias podría incluso beneficiar a Trump: «Si alguien como ella obtiene entre un cinco y un diez por ciento en las primarias, eso solo puede ayudar a Trump, porque diluye a la oposición».
«Por eso, por ejemplo, todavía no se le ha ocurrido un apodo despectivo para ella», estima Greven. «En el momento en que Trump empiece a tomarla en serio como rival política, empezará a insultarla».
«En 2024 vamos a recuperar nuestra magnífica Casa Blanca», proclamó durante su intervención en un acto de campaña en Ohio.
«Éramos una gran nación y volveremos a ser una gran nación de nuevo», dijo Trump en un discurso en el que mantuvo la expectación durante casi dos horas pero que finalizó sin oficializar su candidatura.
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