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El secretario general del segundo sindicato de Francia, Philippe Martinez (CGT), acusó este domingo al presidente francés Emmanuel Macron de ignorar las advertencias de las organizaciones sindicales
«El presidente no nos tomó en serio cuando le alertamos que el descontento era profundo, que el rechazo a la reforma de las pensiones era muy mayoritario», afirmó Martinez en una entrevista con el canal BFM.
La agrupación de ocho organizaciones sindicales que se opone a la reforma de las pensiones solicitó una reunión con Macron el 9 de marzo, en una carta en la que alertó sobre «una situación explosiva» si el gobierno no retiraba su plan.
Pero Macron no recibió a los líderes sindicales y el gobierno aprobó la reforma de las pensiones por decreto el pasado jueves, ante la falta de mayoría en la Asamblea Nacional, por lo que este lunes afrontará dos mociones de censura presentadas por varios grupos parlamentarios de la oposición.
Desde entonces, todos los días ha habido protestas en las ciudades francesas, en algunos casos con episodios violentos como incendios de contenedores de basura y destrucción de mobiliario urbano.
El primer día de protestas contra la reforma de pensiones en Francia logró congregar a unas 80.000 personas en París y entre uno y dos millones en todo el país. Ese jueves 19 de enero se registró el mayor número de manifestantes en más de diez años.
El Gobierno insiste en que la reforma es absolutamente necesaria, pero sacarla adelante no será fácil. Según sondeos, casi el 70 por ciento de los franceses se opone al proyecto.
El plan propuesto por el gobierno de Emmanuel Macron pretende aumentar la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años para 2030. Además, a partir de 2027 se exigirá haber trabajado al menos 43 años ─y ya no 42─ para tener derecho a una pensión completa. En cualquier caso, a partir de los 67 años se tendría derecho a la pensión íntegra, como hasta ahora. La reforma garantizaría una pensión más temprana a quienes empezaron a trabajar antes y mantendría algunos fondos especiales, suprimiendo otros. El plan también incluye aumentar la pensión mínima en unos 100 euros, que llegaría hasta unos 1.200 euros al mes.
La reforma se sustenta en un informe de una comisión de expertos, según el cual el gasto en pensiones en 2032 equivaldría al 14,7 por ciento del producto interno bruto y ya no al 13,8 por ciento, como ocurre actualmente. Para muchos economistas, por tanto, es acertado aumentar la edad mínima de jubilación.
«En 1950, cuatro trabajadores financiaban a un pensionado, en el 2000 eran sólo dos y en el 2040 serán 1,3. Eso ya no será sostenible», afirma Jean-Marc Daniel, profesor emérito de Economía en la Escuela de Negocios ESCP de París.
El economista Philippe Crevel, director del think-tank Cercle de l’Epargne, está de acuerdo. «Esta reforma es necesaria también porque necesitamos más trabajadores para estimular el crecimiento económico», explica a DW. «En Francia, la tasa de empleo de los mayores es relativamente baja en comparación con otros países. Aumentar la edad mínima de jubilación la incrementaría automáticamente», dice.
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