INTERNACIONAL

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El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, confirmó el viernes que viajará a Taiwán del 24 al 26 de abril en medio de la tensión entre la isla y la República Popular de China.
La visita es para respaldar «la soberanía de Taiwán» y «afianzar los 86 años de relaciones diplomáticas», indicó un comunicado de prensa divulgado por la presidencia de Guatemala.
El presidente Giammattei iniciará su visita de dos días, con un discurso en la sede del poder legislativo de Taiwán y recibirá una medalla honorífica de manos del presidente del Congreso, You Si-kun, detalló la misma fuente.
Además, Giammattei participará en una exposición de café guatemalteco como parte de los intercambios de inversión entre ambos países.
En marzo pasado, la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen, visitó Guatemala y Belice, las últimas dos naciones centroamericanas que no han iniciado relaciones diplomáticas con China.
Pekín reclama la soberanía sobre Taiwán, a la que considera una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron en dicho lugar en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.
El ministro de Exteriores de China, Qin Gang, consideró este viernes «absurdas» las críticas a su país por pretender cambiar unilateralmente y por la fuerza el «statu quo» sobre Taiwán, dijo que criticar a Pekín por las decisiones que tome respecto a la isla pueden tener «consecuencias desastrosas» y aseguró que «ambos lados del Estrecho pertenecen a China».
«Ha habido recientemente una absurda retórica acusando a China de retar el orden internacional y cambiar unilateralmente el «statu quo» en el Estrecho de Taiwán mediante la fuerza o la coerción. Esas críticas van contra el sentido común, son de una lógica absurda y sus consecuencias, desastrosas», dijo Qin durante el discurso inaugural del Foro de Lanting sobre la Modernización China y el Mundo, en Shanghái.
«La cuestión de Taiwán está en el centro de los intereses fundamentales de China», dijo el ministro. «Nunca haremos concesiones ante los actos que socaven la soberanía y la seguridad de China. Los que juegan con fuego en Taiwán acabarán quemándose», advirtió, asegurando que la isla «ha sido parte inalienable de China desde tiempos antiguos», por lo que «ambos lados del Estrecho pertenecen a China».
El diplomático chino añadió que el retorno de Taiwán a China «es un componente del orden internacional de la posguerra», y agregó que «no es China, sino las fuerzas separatistas taiwanesas y un puñado de países quienes alteran las reglas internacionales y amenazan la estabilidad en el Estrecho». Por si no quedaba claro el punto, sentenció que «no habrá ambigüedad» en la respuesta de Pekín a cualquiera que trate de «distorsionar» el «principio» de «una sola China».
Según Qin, quien defendió el compromiso de su país con la Carta de Naciones Unidas, «las personas justas pueden ver perfectamente quién está aprovechándose o desechando a Naciones Unidas a su conveniencia, quién está perturbando el orden internacional y quién emplea técnicas hegemónicas y de acoso», y aseguró que las intenciones de su país son pacíficas.
«China no añade leña al fuego o toma ventaja de la situación», en Ucrania, puso como ejemplo. «Los hechos prueban que la marcha de China hacia la modernización es una fuerza creciente de paz y justicia», agregó. Las advertencias del ministro chino ocurren en momentos de nuevas tensiones entre Pekín y Washington tras el reciente paso de la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, por Estados Unidos.
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