Asistencia humanitaria de países árabes a Sudán

INTERNACIONAL

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Ministro de Relaciones Exteriores saudí, príncipe Faisal bin Farhan bin Abdullah / Foto: Tasnim News Agency

Lectura: 6 minutos

Arabia Saudí, Qatar y Kuwait han enviado decenas de toneladas de ayuda médica y humanitaria a Sudán ante la acuciante falta de suministros y la trágica situación causada por los combates entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), que comenzaron hace más de tres semanas.

Un nuevo avión kuwaití con diez toneladas de medicinas y material médico aterrizó este lunes en el aeropuerto de Port Sudan (oeste), siendo el quinto desde que el país del golfo Pérsico anunciara hace cuatro días el establecimiento de un puente aéreo para «ayuda urgente» a Sudán.

«Kuwait seguirá enviando ayuda y ofrecerá total apoyo a los hermanos en Sudán para que puedan afrontar las actuales circunstancias difíciles», dijo el responsable de prensa de la Media Luna Roja kuwaití, Jaled al Zaid, según la agencia de noticias kuwaití, KUNA.

El conflicto en Sudán, que estalló el 15 de abril, ha dejado fuera de servicio la gran parte de los hospitales de Jartum y otros estados sudaneses, como Darfur (oeste), donde han crecido las advertencias de organizaciones internacionales y locales sobre un inminente colapso del sistema sanitario del país.

Qatar, por su parte, ha enviado en los últimos días tres aviones con ayuda a Port Sudan, el tercero de los cuales ha transportado 20 toneladas de alimentos y medicinas, según anunció hoy el Fondo de Desarrollo catarí, de acuerdo con la agencia de noticias QNA.

En Arabia Saudí, cuyo Gobierno anunció ayer una ayuda valorada en 100 millones de dólares al país africano, se lanzó hoy una campaña popular para «recaudar donaciones en beneficio del pueblo sudanés» a través de una plataforma en Internet, que durará un mes, y que en sus primeras horas afirmó haber podido reunir más de 260.000 riales (más de 70.000 dólares).

La ciudad costera de Port Sudan, a donde llegó el viernes pasado el primer cargamento internacional con suministros de traumatología y cirugía de urgencia, se ha convertido en una suerte de capital provisional del país africano, dado que no hay combates en el lugar, adonde la misión de la ONU en Sudán y otras embajadas han trasladado sus sedes.

Desde el inicio del conflicto el pasado 5 de abril más de 550 personas han fallecido por los combates y más de 5.000 han resultado heridas, mientras que las instalaciones médicas de la capital y otros puntos de choques en Sudán han sido dilapidadas, según la ONU.

Dos generales combaten por el control de Sudán, el tercer país más grande de África, y sus vastos recursos: Abdelfatah al Burhan, jefe de las Fuerzas Armadas de Sudán, y Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti, líder del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

Ambos se unieron para derrocar al presidente Omar al Bashir, en 2019, y brevemente gozaron de apoyo popular, ante la esperanza de que pudieran darse tímidos pasos hacia la democracia. Pero estas se desvanecieron cuando Al Burhan disolvió el Consejo de Soberanía de Transición, en 2021.

Sudán se hunde ahora en un conflicto que afecta también a sus vecinos. Según el ex primer ministro sudanés Abdalá Hamdok, «no se trata de una guerra entre un ejército y una pequeña rebelión. Son prácticamente dos ejércitos, bien entrenados y bien armados».

Las FAR cuentan con cerca de 100.000 combatientes, leales a Hemedti, y cuentan con bases en todo el país. No está muy claro quiénes conforman el grupo de sus aliados, pero se considera que incluye a Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos (EAU), las fuerzas del mariscal de campo Khalifa Haftar, en Libia, y el grupo paramilitar ruso Wagner.

Además, se estima que tienen buenas relaciones con Yemen, dado que Hemedti envió allí a miles de mercenarios para luchar contra los hutíes, aliados de Irán. Las FAR no cuentan, como el ejército sudanés, con una fuerza aérea, pero tienen alta movilidad y amplia experiencia en el uso de vehículos acondicionados con ametralladoras y armas antitanques, lanzacohetes y armas ligeras. Se rumorea también que el grupo Wagner les ha entregado armas, a cambio de recursos auríferos bajo su control. A nivel regional, Hemedti tiene aliados en Chad, según el experto en seguridad Ahmed Soliman, del centro de análisis Chatham House.

Por su parte, el especialista en Sudán Aly Verjee, de la Escuela de Estudios Globales de Gotenburgo, Suecia, hace notar «que aunque las FAR pueden haber surgido de las milicias Yanyauid, activas en Darfur hace décadas, los combatientes actuales son más jóvenes y mucho más diversos».

Las Fuerzas Armadas regulares de Sudán, que cuenta con unos 120.000 uniformados, excluidos reservistas, tiene profundos vínculos con Egipto. Pero Egipto tiene que poner en la balanza su apoyo a las fuerzas de Al Burhan y su dependencia de las inversiones de los Emiratos Árabes Unidos, que respaldan a las FAR.

Otro actor importante en el Golfo, Arabia Saudita, ha respaldado tanto a las FAR como al Ejército sudanés. Sin embargo, Verjee cree que se ha sobreestimado la influencia de los actores internacionales del Golfo y más allá, en el conflicto de Sudán.

Hassan Khannenje, director del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos HORN, piensa que los países extranjeros intentarán convencer a ambos bandos de negociar la paz. Pero declaró a DW que, en ausencia de diálogo, teme que «en las próximas una, dos o tres semanas, de repente se vea que los aliados de fuera de Sudán empiezan a enviar tanto dinero como armas».

Otro artículo de interés: Sudán continúa castigada por conflicto interno

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