INTERNACIONAL

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El alto diplomático de la UE, Josep Borrell, celebró la liberación de dos ciudadanos franceses encarcelados en prisiones iraníes y pidió que otros europeos detenidos «arbitrariamente» en Irán sean liberados.
«¡Una buena noticia! La UE se mantiene unida para trabajar por la liberación de todos los nacionales de la UE detenidos arbitrariamente en Irán», dijo Borrell a través de Twitter desde Estocolmo, donde participa en un encuentro informal de ministros de Exteriores de la UE.
Los liberados este viernes son Benjamin Brière, arrestado en mayo de 2020, y Bernard Phelan, detenido en octubre de 2022, en plena ola represiva de las autoridades iraníes tras la muerte de Mahsa Amini.
El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó en Twitter de «alivio» la puesta en libertad de estos dos ciudadanos, agradeció la labor de quienes la han hecho posible y señaló que seguirá trabajando «para el retorno de los compatriotas todavía detenidos en Irán».
Brière, de 37 años, había sido detenido por espionaje en mayo de 2020 en el noreste de Irán, cerca de la frontera con Turkmequistán, donde según él estaba haciendo turismo.
Condenado en primera instancia a ocho meses de cárcel a principios de año, estuvo un mes en huelga de hambre por esa pena, antes de que fuera absuelto en apelación. Phlean fue arrestado el 3 de octubre de 2022 en plena ola represiva por la muerte de Amini, cuando según su testimonio trabajaba para un operador turístico. Nunca fue juzgado en Irán.
En total, unos 40 ciudadanos occidentales están arrestados en Irán, país al que diversas organizaciones acusan de estar llevando a cabo una «diplomacia de rehenes», consistente en obtener concesiones de los países implicados a cambio de liberar a sus compatriotas.
Holanda congeló todas sus relaciones oficiales con el Gobierno en Teherán tras la ejecución de una mujer con doble nacionalidad iraní y holandesa.
La ejecución de la condena a muerte de esta opositora al régimen es «un acto de vileza perpetrado por un régimen bárbaro», señaló el ministro de Relaciones Exteriores holandés, Uri Rosenthal. Poco antes, el embajador iraní en La Haya había confirmado el ahorcamiento de Sahra Bahrami, de 46 años, por tráfico de drogas.
Bahrami participó en 2009 en las manifestaciones de protesta contra el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad. Incialmente había emigrado de Irán, pero volvió pronto a Teherán con pasaporte holandés. En diciembre de 2009 fue arrestada y condenada a muerte, acusada de haber introducido en varias ocasiones cocaína en el país desde Holanda. Irán no reconocía su nacionalidad holandesa, por lo que le negó el apoyo consular.
El ajusticiamiento de Bahrami ha desatado indignación en todo el mundo. La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional se manifestó «profundamente consternada». Políticos en La Haya reclamaron a la Unión Europea reaccionar con sanciones más duras contra Irán.
Irán anunció la detención del líder de un «grupo terrorista» basado en Estados Unidos al que responsabiliza de un atentado en 2008 en la ciudad de Shiraz (suroeste), que causó 14 muertos, y de otros ataques fallidos.
«Jamshid Sharmahd, jefe del grupo terrorista Tondar (con base) en Estados Unidos (…), está ahora entre las poderosas manos» de los agentes de los servicios de inteligencia iraníes, indicó la televisión estatal, que cita un comunicado del ministerio de Inteligencia.
El texto no dio detalles de la operación en la que se detuvo al líder de Tondar («Trueno» en persa), también llamada Asociación Monárquica de Irán (Anjoman Padechahi-e Iran), que es un grupo que quiere derrocar la República Islámica e instaurar una monarquía similar a las de Ciro El Grande.
Teherán acusa a su archienemigo Washington de respaldar a Sharmahd y «apoyar a terroristas declarados que reivindicaron su responsabilidad en varios ataques en el interior» del país.
«Este régimen (Estados Unidos) debe responder por su apoyo a este grupo terrorista y otros grupos (…) que organizan operaciones armadas o de sabotaje contra el pueblo iraní desde América y vierten la sangre de los iraníes», aseguró el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní.
Sharmahd organizó el atentado de 2008 contra una mezquita en Shiraz que provocó 14 muertos y más de 200 heridos, según el Ministerio iraní de Inteligencia. El grupo Tondar critica abiertamente el Corán y tiene como objetivo el derrocamiento a través de la violencia del régimen vigente de la República islámica de Irán.
El departamento de Estado estadounidense reaccionó el domingo de madrugada. «Fuimos informados acerca de la detención de Sharmahd. El régimen iraní tiene una larga experiencia de detención de iraníes y de nacionales extranjeros bajo falsas acusaciones. Exhortamos a Irán a la más completa transparencia y a respetar todas las normas jurídicas internacionales», declaró un portavoz.
Las autoridades iraníes condenaron a la horca en 2009 a tres hombres declarados culpables del atentado en Shiraz. Ellos aseguraron no tener ningún vínculo con el grupo monárquico y que habían actuado bajo la orden «de un agente iraní de la CIA» que reside en Estados Unidos con el objetivo de asesinar a altos dirigentes iraníes.
En 2010 también ahorcaron a dos otros supuestos miembros de Tondar, Mohamad Reza Ali Zanabu y Arash Rahmanipur, quienes, según Teherán, «habían previsto asesinar a dirigentes».
Según el comunicado del Ministerio de Inteligencia, Tondar preparaba ahora «operaciones mayores» como un ataque bomba en la presa de Sivand en Shiraz o en el santuario de Jomeini, padre de la República islámica, en Teherán. Pero estos presuntos ataques fracasaron, precisó el comunicado.
Sharmahd nació en Teherán en 1955 en el seno de una familia irano-alemana y en 2003 se desplazó a Estados Unidos donde se dio a conocer por sus declaraciones hostiles al régimen iraní, según el portal de Tondar.
Irán ya había anunciado en octubre, sin dar detalles precisos, la detención de Ruhollah Zam, otro opositor exiliado en Francia que a finales de junio fue condenado a muerte por su implicación en la ola de protestas contra el régimen islámico en 2017 y 2018.
Las autoridades iraníes también capturaron y ahorcaron en 2010 a Abdolmalek Rigi, líder del grupo separatista sunita Jundallah («soldados de Dios») que organizó la revuelta violenta en la región de Baluchistán (sudeste).
Enfrentados y sin relaciones diplomáticas desde 1980, Teherán y Washington acentuaron sus tensiones después que Donald Trump anunciara en 2018 la salida unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear iraní.
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