OPINIÓN

*Escribe Mariana Gonzalez, especialista en Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA. MBA, ITBA.
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Para intentar analizar a dónde nos lleva la inteligencia artificial, además de escuchar a los protagonistas occidentales responsables de su desarrollo y posterior denuncia pública (Elon Musk, Sam Altman, Geoffrey Hinton y otros), hay que observar lo que se está haciendo en otras partes, entendiendo que en todas las acciones y declaraciones subyacen intereses de competencia comercial y/o geopolítica, y que las acciones de una parte provocan, inexorablemente, reacciones en la otra.
China, que estableció como objetivo nacional ser la principal potencia en inteligencia artificial para el 2030, está decididamente marchando hacia su cumplimiento.
Impulsa una estrategia de Defensa que incluye todas las innovaciones tecnológicas posibles al Ejército Popular de Liberación, incluida la IA, con el objetivo de crear una fuerza de «clase mundial». Xi Jinping, acentuó lograr el dominio de la «guerra inteligente», referencia clara a los sistemas militares basados en la IA.
Según Japan Times, Pekín ha recurrido a una estrategia de fusión militar-civil para lograrlo, eliminando las barreras entre los sectores comerciales y de investigación civil de China y sus sectores militar e industrial de Defensa.
Para eso, entre otras cosas, puso en marcha un sistema de artillería basado en inteligencia artificial que identifica y mata personas a 16 kilómetros de distancia, con total precisión ya que analiza todas las variables atmosféricas que pueden modificar su trayectoria en tiempo real, utilizando un pequeño chip, incluido en ese sistema bélico. Es una tecnología más letal, mucho más económica, muy útil en combates urbanos.
«La inteligencia artificial evoluciona rápidamente. Cada vez más investigadores aplican esta tecnología a los problemas de planificación de trayectorias», dijo Wang Jiang, profesor del Instituto de Tecnología de Pekín, en un reportaje de South China Morning Post, otros expertos aseguraron «Ayudará a reducir las víctimas civiles y los daños en los edificios circundantes. Facilitará la reunificación y la reconstrucción tras la guerra»… ¿Es esto bueno o malo para la humanidad?
Otra intervención basada en IA de Pekín fue informada en un artículo del South China Morning Post. Dejaron el control del satélite de observación Qimingxing 1 durante 24 horas a una IA terrestre, sin ningún tipo de intervención humana. «Investigadores de la Universidad de Wuhan dicen que le dieron a la tecnología el control total de un satélite y lo liberaron durante 24 horas. La máquina de inteligencia artificial escogió algunos lugares y ordenó al pequeño orbitador cercano a la Tierra que mirara más de cerca». El equipo de investigación, dirigido por Wang Mi del State Key Laboratory of Information Engineering in Surveying, Mapping and Remote Sensing de la universidad, dijo que el objetivo del experimento era ver qué haría la IA por sí sola, esperando que se centrara en puntos aleatorios de la Tierra.
Primero enfocó Patna, ciudad de la India, ubicada junto al río Ganges. Luego, el puerto japonés de Osaka, y, a ambos, los observó con detenimiento y durante una lapso largo. Patna, zona con un historial de conflictos con China y Osaka, puerto que ocasionalmente recibe buques de la Armada de los Estados Unidos que operan en el Pacífico. La suposición es que, ante la falta de instrucciones precisas, no eligió la humanidad, eligió, en base a la historia que tenía almacenada, la protección de su propietario, el gobierno chino.
Pekín definió interesantes regulaciones al uso de la IA… debe «reflejar los valores socialistas fundamentales y no incluir contenido relacionados con la subversión del poder del Estado» (TELAM SE 2022).
No podemos esperar regulaciones y controles de las potencias mundiales, pensando en el bien común.
Como dijo John Sherman, director de información del Pentágono, el 3 de mayo «Si nos detenemos, adivinen quiénes no lo harán: nuestros potenciales enemigos en el extranjero… Tenemos que seguir adelante».
*Mariana Gonzalez
Computación Científica, Fac. Ciencias Exactas UBA
MBA ITBA
Empresaria en Argentina y Uruguay en empresas de tecnología.
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