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La cumbre de Hiroshima pide a Pekín participar en los tratados de no proliferación. El sábado se anunciarán medidas contra la «coacción económica» de China, pero sin, en palabras de Olaf Scholz, nadie pretenda su exclusión.
Los líderes del G7 expresaron el viernes su inquietud por la acumulación de arsenal nuclear «sin diálogo» por parte de China, que dijeron supone «una preocupación para la estabilidad mundial y regional».
El Grupo de los Siete reveló esa posición en un comunicado conjunto al término de una cena de trabajo a puerta cerrada sobre diplomacia y seguridad, que se celebró en el primer día de la cumbre de mandatarios en Hiroshima.
«La acumulación acelerada de China de su arsenal nuclear sin transparencia ni diálogo significativo plantea una preocupación para la estabilidad mundial y regional», destacó el texto que hace referencia al Plan de Hiroshima como una posible hoja de diálogo.
En este sentido, los líderes del Grupo de los Siete instaron a China y Rusia, contra cuya «maquinaria de guerra» ha impuesto nuevas sanciones, a participar de manera sustantiva en foros multilaterales y bilaterales relevantes, en línea con sus obligaciones en virtud del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
«El TNP debe definirse como la piedra angular del régimen mundial de no proliferación nuclear y la base para la búsqueda del desarme nuclear y los usos pacíficos de la energía nuclear», dijeron los líderes en dicho comunicado.
Los mandatarios de Japón, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia (el G8 sin Rusia, expulsada del grupo tras la anexión de Crimea) cerraron así filas con respecto a este tratado, que entró en vigor en 1970 y que es mucho menos ambicioso que el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW, en inglés), no ratificado por ningún miembro del grupo.
Los líderes del G7 anunciarán mañana sábado, durante el segundo día de su cumbre en Hiroshima, nuevas herramientas para frenar la «coacción económica» de China y otros países, adelantó a la prensa un alto funcionario estadounidense. El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo sin embargo que existe un «claro consenso» con respecto a China y que ningún país del club de naciones industrializadas persigue el «desacople» de ese país del comercio mundial ni exclusión alguna.
«Todos piensan que China ha de poder tener un buen desarrollo [económico], también en lo que respecta al bienestar económico de sus ciudadanos», aseveró el canciller.
EE. UU. publicó una lista con información sobre sus ojivas nucleares e instó una vez más a Rusia a volver al tratado START.
En un comunicado, el Gobierno del presidente Joe Biden explicó que decidió publicar el listado para demostrar su transparencia y «compromiso con una conducta nuclear responsable».
«EE. UU. pide a la Federación de Rusia que vuelva a cumplir plenamente con el tratado Nuevo START y todas las medidas estabilizadoras de transparencia y verificación contenidas en él», subrayó el Departamento de Estado en el comunicado.
El tratado START, firmado en 2010, limita el número de ojivas nucleares de largo alcance que cada país puede tener desplegadas a 1.550.
EE. UU. reprochó a Rusia no haber cumplido con su obligación de revelar la cantidad de este tipo de armas que tiene en su poder, ya que decidió suspender de manera «injustificada y unilateral» su participación en el tratado
Putin anunció el 21 de febrero la suspensión del cumplimiento por parte de su país del Nuevo START, aunque matizó que Rusia no abandona el pacto, sino que se limita a suspenderlo por culpa de EE. UU. y la actitud hostil de Washington, que apoya con armamento y finanzas a Ucrania.
El tratado, firmado por los entonces presidentes estadounidense y ruso, Barack Obama y Dmitri Medvédev, restringe también el número de vehículos y sistemas de lanzamiento que pueden tener desplegados o en reserva Washington y Moscú, pero su pieza fundamental es el régimen de verificación que el tratado establece para asegurar que se cumplen estos límites.
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