INTERNACIONAL

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El presidente Recep Tayyip Erdogan dijo el lunes que Turquía tomaría medidas para mejorar las relacionens con Egipto e Israel, después de controversias por temas logísticos y de defensa, tras abrir un nuevo capítulo de sus relaciones con Emiratos Árabes Unidos.
«Estaremos en situación de designar embajadores en un plazo a definir, una vez que hayamos tomado esta decisión», afirmó Erdogan conversando con periodistas al responder una pregunta respecto a las críticas relaciones de Turquía con Israel y Egipto. «Avanzaremos paulatinamente», agregó.
Los vínculos entre Ankara e Israel se fueron tensando desde el incidente del «Mavi Marmara» en 2010, cuando las fuerzas israelíes lanzaron un asalto mortífero contra un barco turco que trasladaba ayuda humanitaria hacia la Franja de Gaza en apoyo a las poblaciones palestinas.
Ambos países retiraron a sus respectivos embajadores en 2018, luego que fueran abatidos manifestantes palestinos en Gaza. Pero a mediados de este mes, Erdogan habló por teléfono con el primer ministro Naftali Bennett, la primera conversación entre un primer ministro de Israel y el mandatario turco desde 2013.
Ankara también mantiene relaciones tensas con Egipto desde el derrocamiento en 2013 del expresidente egipcio Mohamed Mursi, quien contaba con el apoyo de Erdogan, lo que provocó también la retirada de los embajadores de ambos países.
Turquía anunció en marzo que había establecido sus primeros contactos diplomáticos con El Cairo desde entonces. Las conversaciones entre estos dos países prosiguieron en septiembre, sin avances significativos.
Erdogan también tiene preocupaciones con la Unión Europea a raíz de supuestos desconocimientos de la justicia en la región.
Turquía tendrá que indemnizar a cada uno de los demandantes del caso Turan, miembros de los tribunales de Casación, Supremo Administrativo y de jurisdicciones inferiores con 5.000 euros, en concepto de daños morales y honorarios.
La Corte europea concluye que Turquía violó el artículo 5.1 (Derecho a la libertad y a la seguridad) del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Ese artículo contiene seis excepciones (sentencia, desobediencia a una orden judicial legal, evitar una infracción o huida, motivos sanitarios e impedir la entrada ilegal en el territorio o un procedimiento de expulsión) que no se dan en el caso.
La sentencia de la Sala Segunda del Tribunal de Estrasburgo determina «la ilegalidad de la prisión preventiva» dictada, ya que «no puede decirse que la medida en cuestión haya sido estrictamente requerida por las exigencias de la situación».
Horas después del intento de golpe de Estado, el Alto Consejo de Jueces y Fiscales suspendió de sus funciones a 2.735 miembros, sospechosos de pertenecer a la red del clérigo islamista Fethullah Gülen, considerada por las autoridades una organización terrorista.
Posteriormente, aumentó el número de suspensiones en una cifra similar a la primera: el 24 de agosto de ese año fueron despedidos por decreto 2.847 jueces y fiscales, incluidos muchos de los demandantes, y otros 1.393 en los meses siguientes.
La prisión preventiva de los demandantes se dispuso entre el 18 de julio y el 19 de octubre de 2016. Todas las objeciones interpuestas fueron desestimadas.
Tras agotar los recursos ante las instancias internas, los demandantes acudieron al TEDH para denunciar el «flagrante delito» y argumentar que los tribunales de primera instancia carecían de competencia y jurisdicción para decidir sobre su detención.
La sentencia no considera necesario examinar algunas alegaciones de los demandantes, como la prohibición de la tortura, ser juzgado en un plazo razonable de tiempo o ser puesto en libertad durante el procedimiento, y el derecho a presentar un recurso.
Mientras continúa el diferendo en la justicia europea, también analiza el pedido del presidente de Francia respecto de la participación de Turquía en la crisis de Libia.
Turquía y Rusia deben retirar de Libia «sin demora» a sus mercenarios, cuya presencia «amenaza la estabilidad y la seguridad del país y de toda la región», dijo el presidente francés Emmanuel Macron al término de una conferencia internacional sobre Libia en París.
«Es verdad que se dio un primer paso con el anuncio ayer (…) de la retirada de 300 mercenarios» al servicio del bando del hombre fuerte del este de Libia Jalifa Haftar, dijo Macron en rueda de prensa.
«Pero esto es solo el principio. Turquía y Rusia también deben retirar sin demora a sus mercenarios y fuerzas militares, cuya presencia amenaza la estabilidad y la seguridad del país y de toda la región».
Miles de mercenarios rusos del grupo privado Wagner, sirios proturcos, chadianos y sudaneses siguen en Libia, según la presidencia francesa.
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