ESPAÑA

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Después de años de idas y vueltas, con interés de las compañías y estupor de los accionistas, las empresas aéreas están listas para fusionarse, finalmente.
Tanto Iberia como Air Europa son populares en el público latinoamericano en sus viajes de ida y vuelta a España.
Ambas aerolíneas, que operan entre España y América Latina, trabajan «a destajo» en las horas finales del plazo que se habían dado para cerrar la compra, según señalan voceros oficiales en Iberia.
No obstante, el presidente y principal accionista de Globalia, dueño de Air Europa, Juan José Hidalgo, insiste en que no negocia ni permitirá que se divida la compañía.
¿Entonces quién está negociando? Es la gran incógnita en este aparente último tramo, luego que Hidalgo señalara esta semana a EFE que «ni está en la mesa ni está dispuesto a sentarse para entregar a precio de saldo la compañía que fundó en 1984».
El presidente afirmó estar preparado para sacar la compañía adelante en solitario, ya que cuenta con un plan de crecimiento que le permitirá afrontar sus obligaciones de pago y sin efectuar despidos.
Ninguna de las dos partes quiere hablar. Iberia solo señala que tienen reuniones diarias y trabajan «a destajo» y los portavoces de Air Europa no se pronuncian.
Las posiciones son conocidas, Iberia, integrada con British Airways, entre otras, en International Airlines Group (IAG), quiere cerrar la operación a toda costa para reforzarse frente a los grandes operadores europeos (KLM-Air France y Lufthansa).
Pero quiere cerrarla a un precio mucho más bajo que el pacto inicial, de 1.000 millones de euros (unos 1.127 millones de dólares) en 2019, antes de la pandemia, y también del renegociado un año después, en plena expansión de la covid-19, de 500 millones de euros (unos 563,5 millones de dólares).
Además pretende que el Gobierno español «ayude», porque supondría situar a Madrid como un gran «hub» (centro de distribución del tráfico aéreo) y no perder importancia respecto a los grandes europeos, como París, Ámsterdan o Fráncfort, como han señalado tanto el presidente de Iberia, Javier Sánchez Prieto, como el de IAG Luis Gallego.
Voceros oficiosos de ambos lados insisten en colocar al tema en el último tramo de la potencial unificación, mientras las dos empresas aéreas siguen volando en círculos alrededor de la fusión.
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