Conflicto jurídico de Turquía con Unión Europea

INTERNACIONAL

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Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan / Foto: President of Russia

Lectura: 7 minutos

El presidente de Turquía Tayyip Erdogan enfrenta al menos dos problemas que enturbian la posibilidad de su reelección en junio del año próximo. La cambiante relación con Unión Europea, y la posición frente a un histórico rival estratégico, Grecia, que lo pone en tensión con Italia y Francia.

El caso del opositor Kavala es una piedra en el zapato de Erdogan. Turquía no respetará al Consejo de Europa si este no respeta a los tribunales turcos, dijo el jueves el presidente Tayyip Erdogan.

Kavala, uno de los detenidos más destacados de Turquía, lleva más de cuatro años detenido sin que se le haya condenado.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó hace más de dos años que Kavala debía ser liberado inmediatamente y dijo que su detención servía para silenciarlo, pero Turquía no ha cumplido la sentencia.

El Consejo dijo el jueves que su comisión había remitido el caso al TEDH para determinar si Turquía ha incumplido su obligación de aplicar la sentencia del tribunal de acuerdo con el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

La remisión al TEDH es el siguiente paso en el «procedimiento de infracción» que podría desembocar en la suspensión de Turquía del Consejo de Europa, donde es miembro fundador.

«El Comité considera que, al no garantizar la liberación inmediata del señor Kavala, Turquía se niega a acatar la sentencia definitiva del Tribunal en su caso», dijo en un comunicado.

En una conferencia de prensa, Erdogan dijo que Turquía no reconocerá a quienes no reconozcan sus tribunales.

«Lo que ha dicho el TEDH, lo que dice el Consejo de Europa, no nos preocupa mucho porque esperamos que nuestros tribunales sean respetados», dijo.

«A los que no muestren este respeto: discúlpennos, pero nosotros tampoco tendremos respeto por ellos», añadió Erdogan.

El Ministerio de Asuntos Exteriores dijo el miércoles que Turquía había cumplido la sentencia del TEDH y que Kavala fue detenido por un procedimiento judicial diferente.

Kavala fue absuelto en 2020 de los cargos relacionados con las protestas nacionales de 2013. Horas después, otro tribunal ordenó su detención en base a una acusación de intento de derrocar el orden constitucional relacionada con el intento de golpe de Estado de 2016, que el TEDH también había dicho que carecía de fundamento.

Ese tribunal dictaminó posteriormente su puesta en libertad por ese cargo, pero ordenó su detención por un cargo de espionaje en el mismo caso, una medida que, según los críticos, tenía como objetivo eludir la sentencia del TEDH.

Erdogan, de visita en Kiev desde el jueves, quiere aprovechar la pertenencia a la OTAN y su relación con Vladímir Putin para evitar un conflicto que puede debilitar su país y sus opciones de reelección.

Una mediación exitosa podría servir para recuperar el prestigio de Ankara en el seno de la OTAN y ante Estados Unidos, con quienes mantienen relaciones tensas tras la adquisición, por parte de Turquía, de un sistema de defensa ruso, pese a su pertinencia en la Alianza.

«Es la ocasión para que Turquía gane prestigio y salga de su aislamiento en el seno de la OTAN», explica a AFP Asli Aydintasbas, investigadora del Consejo Europeo de Relaciones Internacionales (ECFR), en un momento en que Washington y sus aliados intensifican sus esfuerzos para disuadir a Rusia de invadir Ucrania.

«Ankara también aprovechará para intentar arreglar su relación con Washington», añade la experta, señalando que Erdogan puede contar con su «relación única con Putin, marcada por la rivalidad y la cooperación, lo que le permite respaldar a facciones opuestas en Libia, el Cáucaso y en Siria» sin ir directo al conflicto.

Esta relación entre los dos líderes estuvo en crisis en 2015, cuando la aviación turca abatió un caza ruso en la frontera entre Turquía y Siria, generando un malestar sin precedentes entre Ankara y Moscú.

Pero los vínculos se estrecharon nuevamente tras el golpe de Estado fallido de julio de 2016 en Turquía. Putin fue el primer dirigente extranjero en llamar a Erdogan en esa misma noche, mientras que la mayoría de líderes occidentales esperó varios días antes de hacerlo.

Este largo silencio sirvió, indirectamente, para acercar a los dos dirigentes, juzgan los analistas.

«Es alguien que mantiene sus promesas, un hombre de verdad», dijo Putin sobre su homólogo turco tras la guerra de Nagorno Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán a finales de 2020.

Según Abdurrahman Babacan, profesor de la universidad Medipol de Estambul, los dos dirigentes tienen la característica común de «jugar con las cartas encima de la mesa» y ven la «cooperación (entre ellos) como algo más beneficioso que el conflicto».

Ucrania es una de los temas en los que discrepan. Ankara, que respalda el ingreso de Kiev en la OTAN, se opuso vivamente a la anexión de Crimea por Rusia en 2014 para proteger a la minoría tártara turcófona.

Y la tensión fue en aumento con esta nueva crisis, durante la que Putin reprochó a su homólogo turco de haber enviado a Kiev drones que las tropas ucranianas usan contra los separatistas prorrusos en el este del país.

El principal representante de los separatistas prorrusos reclamó la semana pasada armas a Moscú para resistir ante el ejército ucraniano. «Necesitamos hacer frente a los Bayraktar», el nombre de los drones turcos, dijo Denis Pouchiline.

Durante el conflicto de Nagorno Karabaj, los drones suministrados por Turquía a Azerbaiyán jugaron un papel decisivo en su victoria sobre Armenia.

«En el combate asimétrico que enfrenta el ejército ucraniano con las fuerzas del Donbás, algunos (Bayraktar) TB2 pueden hacer que la balanza se incline. Pero en caso de invasión rusa, el TB2 no supondrá ninguna diferencia», señala Aaron Stein, director del programa de Medio Oriente del Foreign Policy Research Institute (FPRI).

Pero los expertos consideran que el uso de drones turcos por parte de Kiev puede aumentar las tensiones entre Ankara y Moscú.

«Si Turquía decide aumentar la tensión, Rusia puede replicar ejerciendo una presión en Siria (sobre soldados turcos y sus aliados) o decidir sanciones económicas», advierte Dimitar Bechev, investigador de la Universidad de Oxford.

«La economía turca no puede permitirse un boicot turístico ruso» como el que decretó Moscú en 2015, tras el incidente con el caza en Siria, afirma Anthony Skinner, analista independiente y experto de Turquía.

El contexto es delicado para Erdogan, con elecciones presidenciales previstas para junio de 2023.

En este contexto, «Erdogan no quiere avivar la cólera de Putin», señala Soner Cagaptay, del Washington Institute of Near East Policy, para quien el líder turco «está completamente centrado en la victoria en 2023».

«Una intervención (militar) rusa exacerbaría las dificultades económicas turcas, haciendo por ejemplo subir el precio del petróleo», ahonda Aaron Stein.

Para Turquía, un país muy dependiente de las importaciones, especialmente en materia energética, supondría una gran dificultad, considera.

Otro artículo de interés: Europa bajo tenaza del gas ruso

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