INTERNACIONAL

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Para invadir Checoslovaquia Hitler recurrió a la población de los sudetes de habla alemana. Fue la excusa que utilizó uno de los mayores devastadores de la paz mundial.

Ahora el autoritario presidente de Rusia Vladímir Putin sorprende al mundo, y a los azorados líderes europeos, con un argumento similar para invadir a Ucrania y presentar un recurso «legal» que la comunidad internacional rechaza y repudia.

En la ONU el principio de integridad territorial hasta el momento parecía sagrado, a pesar de la indiferencia de algunos miembros destacados de la comunidad internacional como Reino Unido que hacen caso omiso a la normativa en el caso Malvinas.

Putin ordenó referendos en las zonas del este de Ucrania invadidas militarmente para respaldar el acoso militar, con un resultado imaginable, el 90 % de la población votó para unirse a Rusia.

Ningún observador internacional estuvo presente para no convalidar la farsa.

Los dirigentes instalados por el Kremlin en las regiones ucranianas de Lugansk y Jersón han pedido formalmente al presidente Vladímir Putin que las incorpore a Rusia, después de los referendos que Ucrania y Occidente denunciaron como ilegítimos.

Los dirigentes títeres instalados por Rusia en cuatro regiones ocupadas de Ucrania informaron que había grandes mayorías a favor de unirse a Rusia.

Los países occidentales dijeron que las votaciones eran un ejercicio de coerción para proporcionar un pretexto a Rusia para anexionar alrededor del 15% del territorio ucraniano y amenazaron con nuevas sanciones contra Moscú si los planes de anexión seguían adelante.

Los resultados completos de las votaciones del martes en las cuatro provincias oscilaron entre el 87% y el 99,2% a favor de la adhesión a Rusia, según las autoridades.

En una carta publicada en su cuenta de Telegram, Vladímir Saldo —el jefe de la región ucraniana de Jersón instalado por Rusia— dijo que los residentes habían hecho «una elección histórica» a favor de Rusia.

Si Rusia declara las cuatro regiones ucranianas como parte de su territorio, Putin podría presentar cualquier intento ucraniano de reconquistarlas como un ataque a la propia Rusia, lo que justificaría una respuesta militar potencialmente más dura.

Rusia afirma que intervino en Ucrania en parte para proteger de la persecución a los rusoparlantes que viven en la región oriental del Dombás, que comprende las provincias de Donetsk y Lugansk.

Kiev y Occidente rechazan esto como un pretexto sin fundamento para una guerra de agresión más amplia.

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