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Los datos de septiembre del aumento de precios en la eurozona reveló altísimas presiones sobre los precios en la región que apenas logró escapar del dato de los dos dígitos.
La tasa anual de inflación, que sigue siendo un récord en la historia de la moneda única, fue revisada de 10% a 9,9%, informó Eurostat en un comunicado dado a conocer el miércoles en Luxemburgo.
Los nuevos datos abarcan lecturas de inflación ligeramente más bajas en países que enfrentan algunos de los aumentos de precios más rápidos de Europa, incluidos Estonia y Letonia.
El indicador de la eurozona para el mes no se revisó, al igual que la llamada lectura subyacente, que excluye elementos volátiles como los alimentos.
Es posible que eludir los dos dígitos sea breve, ya que la crisis energética de la región continúa provocando enormes alzas en los costos para los consumidores.
Dado ese contexto, es poco probable que una revisión a la baja tan marginal distraiga a los encargados de política monetaria del Banco Central Europeo, que se preparan para elevar las tasas de interés la próxima semana hasta en 75 puntos básicos.
El nuevo informe pone de relieve la enorme divergencia en la inflación en toda la eurozona. Va desde Francia, con una tasa de aumento de precios del 6,2%, hasta el 24,1% en Estonia.
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