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El Reino Unido vive desde el miércoles otra jornada de huelgas, por los paros de trabajadores del ferrocarril, conductores de autobuses, empleados que vigilan las autopistas y los encargados de hacer los exámenes de conducir.

Los miembros del sindicato británico de ferrocarriles, marítimo y transportes (RMT, por sus siglas en inglés) que trabajan para la compañía ferroviaria Network Rail y otros 14 operadores de trenes del Reino Unido prosiguen la medida de presión mientras que harán otra de 48 horas desde este viernes.

A este paro se une el de los conductores de autobuses en Londres, que afectará especialmente las zonas del sur y oeste de la capital, mientras que los responsables de los centros de control de las autopistas también van a la huelga en reclamo de mejoras salariales.

Algunos encargados de hacer las pruebas de manejo en Londres, sureste y suroeste de Inglaterra y Gales secundan la huelga.

Estos paros han provocado una crisis en el Reino Unido que lleva meses, ya que estos sectores piden aumento de sueldo por el fuerte incremento de la inflación, que supera el 10 %.

Los servicios de trenes en Gran Bretaña se verán gravemente interrumpidos durante otros dos días, ya que la última de las huelgas actualmente programadas comienza el viernes por la mañana.

Solo alrededor del 20% de los trenes funcionarán durante la parada de 48 horas por parte de miles de miembros del sindicato.

Con trabajadores de señalización críticos en huelga, gran parte de las zonas rurales de Inglaterra, Escocia y Gales no tendrán trenes circulando durante los próximos dos días.

La mayoría de los servicios de trenes deberían volver a la normalidad a la hora del almuerzo del domingo, después de cuatro semanas de interrupción como resultado de la acción industrial, incluida la prohibición de horas extras de RMT en los operadores de trenes durante el período festivo.

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