Alarma por estabilidad del Deutsche Bank

INTERNACIONAL

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Foto: Can Pac Swire

Lectura: 5 minutos

Las bolsas europeas han registrado fuertes pérdidas el viernes, ante un repunte de los temores sobre la salud financiera de la banca europea, cuyas acciones sufren fuertes caídas.

Los mercados globales fueron golpeados con fuerza a principios de mes por la quiebra de tres entidades financieras regionales en Estados Unidos, entre ellas el Silicon Valley Bank. La ola de pérdidas bursátiles obligó a que las autoridades suizas decidieran una compra de Credit Suisse por su rival UBS para tranquilizar a los inversores tras una semana de turbulencias.

Pero este viernes los mercados europeos abrieron con pérdidas y acentuaron la tendencia durante la operativa. La bolsa de París perdía 2,15 por ciento, Londres 1,87 por ciento, Fráncfort 2,15 por ciento, Milán 2,46 por ciento antes de mediodía.

El sector bancario del índice ampliado Stoxx Europe 600 caía por su parte un 4,7 por ciento, tras un fuerte aumento del costo de los seguros contra el riesgo de default (CDS) de varios bancos europeos.

La acción del principal banco alemán, Deutsche Bank, se hundía más 12,43 por ciento, y su rival Commerzbank registraba pérdidas del 8,99 por ciento. En el caso del Deutsche Bank, el seguro que cubre su deuda indica una probabilidad de default de 27,4 por ciento, en los próximos cinco años. Para Commerzbank, ésta es del 19,3 por ciento, según Bloomberg.

En París, la acción del banco Société Générale bajaba 7,46 por ciento y los títulos de BNP Paribas cedían 6,40 por ciento. En Londres, Barclays perdía 5,94 por ciento y HSBC 4,01 por ciento.

En el marco de una conferencia sobre el Banco Central Europeo (BCE), en Fráncfort del Meno, la jefa del instituto bancario, Christine Lagarde, se esforzó en aclarar las dudas del público. Si bien admitió que el desarrollo de los tipos de interés es incierto, también aseguró que el sistema bancario europeo es estable y seguro.

Lagarde parecía repetir la misma fórmula que su colega Jerome Powell, jefe del banco central estadounidense Fed, usó la noche anterior al otro lado del Atlántico: «El sistema bancario estadounidense es sólido y resistente». Sin embargo, tras la quiebra de los bancos Silicon Valley Bank y Signature Bank, nadie puede predecir los siguientes acontecimientos.

No es casualidad que los máximos guardianes del euro y del dólar hayan hecho estas declaraciones. Y es que los bancos emisores son la causa de la actual incertidumbre.

Como consecuencia de las fuertes y decididas subidas en los tipos de interés, en el año pasado, cayó la cotización de los préstamos en los balances bancarios. Quien, actualmente, no requiere de liquidez, simplemente puede esperarse y convertir los empréstitos en dinero en la fecha de vencimiento.

No obstante, si de repente un gran número de clientes quiere que se les devuelvan los depósitos, como sucedió en el caso del Silicon Valley Bank, esto representa un problema para algunos bancos.

Por otro lado, una subida de los tipos de interés también puede tener efectos deseados. Los intereses altos encarecen los créditos y reducen su demanda. Así, también disminuyen los gastos y las inversiones. Y esa es precisamente la meta, ya que los bancos emisores quieren controlar la inflación. Los intereses son su principal herramienta para reducir la cantidad de dinero y rebajar la presión ejercida sobre el precio.

El jueves, Christine Lagarde explicó que las inversiones en empresas y construcción de viviendas cayeron notablemente en los últimos tres trimestres, como consecuencia de la repentina subida de los tipos, tras años de una política de tipos de interés cero.

La jefa del BCE dijo que, en los próximos meses, se observará con atención el efecto de la subida de los tipos de interés en la economía real.

Por otro lado, indicó, también hay señales de que, a raíz de la inseguridad en el sector bancario, las condiciones crediticias se están volviendo más rigurosas. En ese caso, los tipos de interés no necesariamente seguirían aumentando.

Según Lagarde, el BCE tiene una estrategia sólida que se rige por datos, sin comprometer la principal meta: alcanzar la estabilidad de los precios o una inflación de alrededor de un dos por ciento.

A ambos lados del Atlántico, los bancos centrales navegan en aguas inciertas: por un lado, se ven amenazados por una alta inflación. Por otro, se ven amenazados por los problemas en el sector bancario y las consecuencias económicas de las subidas de los tipos de interés.

En el pasado reciente, los institutos bancarios habían anunciado las próximas subidas para reducir las expectativas de inflación. A partir de ahora, sus decisiones se basarán en datos e información para contar con un mayor margen de maniobra.

Otro artículo de interés: Londres busca frenar inflación

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