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A través de un artículo publicado en la red social Telegram, el jefe de los mercenarios de Wagner, el empresario Yevgheni Prigozhin, se pronunció este sábado (15.04.2023) a favor de dar por concluida la campaña militar rusa en Ucrania, que Moscú llama eufemísticamente «operación militar especial», en la primera propuesta de este tipo realizada públicamente por alguien cercano al líder del régimen, Vladímir Putin.
«Para las autoridades (de Rusia) y la sociedad en general es necesario poner punto final a operación militar especial», escribió Prigozhin, usando el término impuesto en Rusia por el Kremlin para calificar la guerra. Lo ideal ─añadió en su texto─ sería «anunciar que Rusia ha conseguido los resultados que perseguía, y en cierto modo lo hemos hecho».
El jefe de los mercenarios sostuvo que «Rusia ya puso un punto final mediante la aniquilación de gran parte de la población masculina activa de Ucrania y la intimidación de otra parte, que huyó a Europa». Ahora, según el empresario, Rusia debe «fortificarse y aferrarse con uñas y dientes a los territorios que ya tiene» y no llegar a ningún tipo de acuerdo con Ucrania, con la que solo puede combatir.
Prigozhin destacó que Rusia consiguió hacerse con el mar de Azov y con gran parte del mar Negro, se apoderó de un «jugoso pedazo del territorio de Ucrania» y creó un corredor terrestre hacia la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Moscú en 2014. Al resumir la situación, el jefe de los mercenarios señaló que los ucranianos están preparados para una ofensiva y los rusos, para rechazarla.
«El mejor escenario para la sanación de Rusia, para que se cohesione y devenga en un Estado más poderoso es una ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania, que haría imposibles concesiones y negociaciones», indicó. Y entonces «o las Fuerzas Armadas de Ucrania serán aplastadas de una lucha franca o Rusia restañará su heridas, acumulará fuerzas y nuevamente derrotará a sus adversarios».
En tanto, en su tradicional mensaje nocturno, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, recalcó que el «aniquilamiento permanente de los ocupantes» es clave para los preparativos de las acciones de la Fuerza Armadas del país. «Por cada asesinato de ucranianos el ocupante debe sufrir el máximo número de bajas. Cada metro del suelo ucraniano debe mostrar al ocupante la inevitabilidad de la derrota de Rusia en la guerra», enfatizó el mandatario.
El Ministerio de Defensa de Rusia celebró este sábado que las tropas del grupo de mercenarios Wagner, apoyadas en los flancos por soldados del ejército invasor ruso, se hicieran con el control de otras dos manzanas en la ciudad ucraniana de Bajmut, que las fuerzas del régimen de Moscú llevan meses intentando controlar, a costa de elevadas pérdidas humanas y materiales.
«Los destacamento de asalto Wagner consiguieron avanzar y se hicieron con el control de dos manzanas, en los suburbios norte y sur de la ciudad», afirmó el portavoz de esa cartera, general Igor Konashenkov, en su parte diario sobre la situación en los campos de batalla. Ninguna de las afirmaciones de Rusia pudo ser comprobada de manera independiente.
«Las unidades aerotransportadas contienen al enemigo en los flancos y apoyan las acciones de los destacamento de asalto para capturar las ciudad», añadió el militar ruso, que aseguró que las unidades del Ejército ucraniano que permanecen en Bajmut se repliegan y destruyen las infraestructuras urbanas con el fin de ralentizar el avance de las tropas rusas.
Moscú aseguró que sus fuerzas terrestres cuentan en esa zona con apoyo desde el aire y de la artillería. El general Konashenkov precisó que en la última jornada la Fuerza Aérea de Rusia realizó seis misiones de ataque en Bajmut y sus alrededores, donde de acuerdo con los datos del mando ruso las tropas ucranianas sufrieron más de 315 bajas, entre muertos y heridos.
Rusia afirmó el viernes que estaba avanzando hacia el oeste de Bajmut para tomar la última parte de la ciudad, que seguía bajo control del ejército ucraniano. El jueves aseguró estar bloqueando a las fuerzas ucranianas e impidiendo la entrada de refuerzos, sugiriendo que la ciudad, que ha protagonizado la batalla más sangrienta desde que comenzó la ofensiva rusa, estaba a punto de caer.
Ucrania negó estas afirmaciones y aseguró que sigue abasteciendo a los soldados ucranianos en la ciudad e infligiendo «fuertes pérdidas» a los rusos.
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