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Más de 1.200 personas pudieron ser evacuadas de escuelas, oficinas e instituciones del centro de Jartum donde se encontraban gracias a la apertura de corredores humanitarios en la capital de Sudán y a una breve pausa de los combates de tres horas, informaron este domingo funcionarios de la Media Luna Roja sudanesa.
Las personas estaban atrapadas desde la mañana del sábado, cuando estallaron los combates entre Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), que han dejado más de 50 civiles muertos y alrededor de 600 heridos, según el Comité Central de Médicos de Sudán. Los enfrentamientos tenían lugar también en zonas muy pobladas, lo que llevó a los bandos a aceptar una propuesta de la ONU para establecer corredores humanitarios.
Sin embargo, las hostilidades no cesaron en las zonas alejadas de los núcleos urbanos, como en las cercanías del cuartel general del Ejército, o en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Jartum, donde se produjo una explosión en un depósito de combustible. Los responsables sanitarios temen que el número de víctimas sea mucho mayor, pues no hay acceso a todas las regiones del país debido a los enfrentamientos.
Entre las personas que pudieron evacuar esta jornada se encontraban unos 450 estudiantes de la escuela Kamboni, en el centro de Jartum, quienes se refugiaron en el lugar tras iniciarse los choques armados. Todos los residentes de la capital, de poco menos de 650.000 habitantes, se quedaron sin agua y electricidad y se encuentran atrincherados en sus casas, mientras en las calles se libran combates con armas pesadas.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo que los responsables de la muerte de tres cooperantes del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU en Sudán deben ser «llevados ante la justicia rápidamente». Junto con condenar la muerte de civiles, Guterres criticó que los locales de la ONU fueran saqueados en varios lugares de la conflictiva región de Darfur.
Los enfrentamientos se produjeron después que el Ejército advirtiera el jueves que el país está atravesando una «coyuntura peligrosa» que puede llevar al conflicto armado, después que se «movilizaran» unidades de las FAR en la capital sudanesa y otras ciudades sin el consentimiento o coordinación de las Fuerzas Armadas.
Al menos 150 personas, incluyendo mujeres y niños, murieron en los últimos dos días a consecuencia de enfrentamientos entre las tribus hausa y anqasna en el sur de Sudán, indicaron las autoridades locales.
También precisaron que entre las víctimas se encuentran mujeres, niños y ancianos, y que hay 86 heridos en la aldea Wad al Mahi, en el estado de Nilo Azul, donde se produjeron los incidentes. El gobernador de la localidad describió el nuevo brote de violencia como «algo similar a un genocidio».
La mayoría de los heridos sufre de quemaduras. Los incendios de viviendas y comercios son frecuentes en los choques entre tribus en la región.
Las autoridades impusieron el lunes un toque de queda nocturno en la zona, fronteriza con Etiopía, tras la muerte de 13 personas en los días previos entre miembros de la tribu hausa y clanes rivales.
Entre julio e inicios de octubre, al menos 149 personas murieron, centenas resultaron heridas y unas 65.000 se vieron desplazadas en el estado de Nilo Azul, según la ONU.
Ese brote de violencia se originó en una movilización nacional de los hausas, con ataques de edificios administrativos, para denunciar las discriminaciones que les impone la aplicación de leyes tribales ancestrales.
Al menos 168 personas murieron en enfrentamientos entre grupos rivales en Darfur, una región del oeste de Sudán devastada por décadas de guerra, indicó Adam Regal, portavoz de la Coordinación General para los Refugiados y Desplazados de Darfur.
La violencia estalló en Krink, a unos 80 kilómetros de Geneina, capital de Darfur del Oeste, el viernes, cuando ocho personas murieron, precisó el portavoz.
Regal indicó además al menos 98 personas resultaron heridas en los combates y advirtió que el balance podría ser mucho mayor.
«Al menos 168 personas murieron el domingo y 98 heridas», dijo Regal.
Un líder tribal de la minoría Massalit, no musulmana, afirmó haber visto múltiples cuerpos en las aldeas de la región de Krink.
El Comité Internacional de la Cruz Roja pidió a las autoridades que garanticen que los heridos pueden llegar a los hospitales de forma segura.
*Imagen ilustrativa.
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