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Los tribunales rusos atendieron 49 causas en 2022 por negativas a borrar informaciones prohibidas en internet e impusieron multas por 259,3 millones de dólares, según estadísticas publicadas por el Departamento Jurídico del Tribunal Supremo de Rusia este domingo.
Entre las compañías más multadas se encuentra el gigante informático Google, propietario de YouTube, contra el cual se abrieron 18 procesos.
Además, se impuso multas contra Meta, calificada como extremista en Rusia por permitir publicaciones con muestras de odio contra este país tras el comienzo de la campaña rusa en Ucrania, y otros recursos como Wikipedia, Twitter y Twitch.
Según Roskomnadzor, el regulador ruso de las comunicaciones, Google, Facebook y Twitter se niegan a eliminar alrededor de 5.500 materiales con informaciones prohibidas en Rusia.
Rusia aprobó en diciembre de 2020 una ley que prevé responsabilidades administrativas contra las compañías que publiquen informaciones prohibidas, tales como pornografía infantil, instrucciones sobre fabricación de explosivos, llamados a protestas opositoras y otras.
En el escenario de guerra, Letonia decidió donar todo su excedente de misiles antiaéreos portátiles Stinger a Ucrania, anunció la ministra de Defensa del país Inara Murniece.
Los misiles, que se disparan desde el hombro y pueden derribar aviones, helicópteros, drones y misiles de crucero se entregarán lo antes posible, según la funcionaria.
Murniece anunció la donación de los Stinger en la reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania en Ramstein, Alemania, según un comunicado de prensa del Ministerio de Defensa.
«Letonia respondió a la solicitud de Ucrania de suministrar sistemas de defensa antiaérea y tomó la decisión de donar a Ucrania todos los sistemas de defensa antiaérea Stinger que todavía están a nuestra disposición. Haremos todo lo posible para entregarlos lo antes posible», dice la declaración.
Según informes de Ucrania del año pasado, los misiles Stinger enviados desde Letonia causaronn bajas entre las tropas invasoras que intentaron tomar con helicópteros el aeropuerto de Kiev el primer día de la guerra. El uso de los Stingers impidió una rápida ocupación de las instalaciones.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que trabaja para restablecer la paz entre Rusia y Ucrania con la búsqueda de un grupo de naciones que faciliten las negociaciones, porque «es mejor encontrar una salida en una mesa que intentar encontrar una salida en el campo de batalla».
En rueda de prensa tras reunirse con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, el presidente brasileño dijo: «Rusia no quiere parar, Ucrania no quiere parar, vamos a tener que encontrar un grupo de países que puedan generar una relación de confianza. La idea es que pare la guerra, se sienten a negociar y conversen», insistió el líder brasileño.
De esta forma, el presidente brasileño, criticado por recientes declaraciones sobre la guerra de Ucrania, reafirmó su negativa a «participar» en ese conflicto y su voluntad de contribuir a buscar una paz «negociada» entre Kiev y Moscú.
«Al mismo tiempo que mi gobierno condena la violación de la integridad territorial de Ucrania, defiende una solución política negociada del conflicto», declaró Lula a periodistas en Lisboa. «Brasil no quiere participar en la guerra, Brasil quiere construir la paz», agregó.
Como respuesta a las últimas declaraciones de Lula, el mandatario portugués Marcelo Rebelo de Sousa afirmó que «el presidente Lula considera que el camino hacia una paz justa y duradera supone priorizar la vía de la negociación», pero Portugal «sostiene que un eventual camino hacia la paz supone el previo derecho de Ucrania a reaccionar a la invasión, recuperando lo que pueda o quiera recuperar (…) de su integridad territorial», afirmó. Y eso se debe a «una cuestión de principio, que es el de no beneficiar al infractor», recalcó.
Lula ya fue apuntado con el dedo por Estados Unidos cuando en su reciente viaje a China instó a Estados Unidos a dejar de «alentar la guerra» en Ucrania y pidió a la Unión Europea (UE), aliada de Kiev, «comenzar a hablar de paz». Estados Unidos no tardó en acusar a Lula de «hacerse eco de la propaganda rusa y china, sin tener en cuenta los hechos».
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