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Es la primera vez que esto ocurre desde la pandemia del coronavirus, que había provocado una caída del PIB en el primer y segundo trimestres de 2020.
La economía alemana se contrajo en el primer trimestre del año un 0,3 %, según los datos definitivos publicados este jueves por el departamento federal de Estadística (Destatis), por lo que entró en recesión técnica al sumar dos trimestres consecutivos en negativo.
Estas cifras corrigen las provisionales anteriormente difundidas por ese departamento, que apuntaban a un estancamiento del producto interior bruto (PIB) entre enero y marzo de 2023, después de la caída del 0,5 % que se había registrado en el último trimestre de 2022.
«Tras la contracción reflejada con el final de 2022 se registró otro trimestre en negativo», constató la presidenta de Destatis, Ruth Brand, en un comunicado.
La contracción del PIB se produjo como efecto de la caída del consumo derivada de la inflación, que aunque empezó a contenerse, tras alcanzar picos máximos en octubre por encima del 10%, se situó en abril en un 7,2% interanual.
Sin embargo, hubo impulsos positivos procedentes de las exportaciones y de la inversión, así como una recuperación del sector de la construcción y los equipamientos industriales, producción de maquinaria, electrodomésticos y automóviles.
Así, el conjunto de las exportaciones experimentaron en este primer trimestre un aumento del 0,4 % respecto al último periodo trimestral de 2022. Las importaciones, por contra, bajaron un 0.9 %, según los datos detallados de Destatis, que destaca el descenso experimentado en carburantes, minerales y productos químicos.
Subió asimismo la ocupación laboral, que alcanzó los 45,6 millones de personas laboralmente activa, lo que supone un incremento interanual de 446.000 ciudadanos o, en términos porcentuales, de un 1,0 %.
Con ello se mantiene el ritmo creciente de la ocupación laboral, de acuerdo con esos datos, que corroboran la tendencia de los correspondientes a la Agencia Federal de Empleo.
Ademas, la cartera del ministro alemán de Economía y Protección del Clima, Robert Habeck, del Partido Verde, es motivo de un aluvión de informes en los que se dice que, supuestamente, su secretario de Estado, Patrick Graichen, habría favorecido a sus amigos a la hora de adjudicar puestos de trabajo bien pagados.
La convocatoria para la dirección de la Agencia Estatal de Energías Renovables (DENA) fue lanzada para mitades de año. Se trata de un puesto bien pagado, que promete mucho renombre. DENA, fundada en 2000, debe comercializar en todo el mundo la transición energética alemana, es decir, el abandono de los combustibles fósiles. Tras un amplio proceso de evaluación de postulantes, Michael Schäfer obtuvo el puesto.
Al igual que Graichen, Schäfer lleva mucho tiempo involucrado en la protección del clima y el medioambiente. De diciembre de 2016 a 2017, fue gestor de proyectos de política industrial en el laboratorio de ideas Agora Energiewende, del que Graichen también fue miembro durante un tiempo. De 2017 a 2020, Schäfer dirigió el departamento de Protección del Clima y Política Energética en la organización ecologista WWF y luego regresó a Agora Energiewende. Y, como Graichen dijo, ─pero lo hizo una vez finalizado el proceso de selección─ Schäfer es íntimo amigo suyo, e incluso fue su padrino de boda. Graichen le confeso eso a Habeck hace algo más de una semana.
El problema es que, en el Ministerio de Economía, Graichen era una de las tres personas que participaron en el proceso de selección. Ahora, probablemente se deberá repetir todo el procedimiento, pero la decisión final la tomará el consejo de supervisión de DENA. Schäfer debía tomar posesión de su nuevo cargo el próximo15 de junio, pero se duda de que eso ocurra.
Inmediatamente se alzaron fuertes voces críticas desde la oposición: Habeck habría instalado una camarilla en su aparato, dijo el secretario general del partido conservador Unión Demócrata Cristiana (CDU), Mario Czaja. El entorno de Habeck era básicamente «un pequeño clan familiar donde todos están emparentados o son cuñados». Y exigió la renuncia de Graichen.
El propio Habeck calificó de error el comportamiento de Graichen, pero respaldó a su controvertido secretario de Estado: «En mi opinión, Patrick Graichen es el hombre que salvó a Alemania de una grave crisis energética», dijo el político verde. De hecho, Graichen desempeñó un papel decisivo en la construcción de nuevas terminales de gas natural licuadopara reducir la dependencia del gas ruso tras el inicio de la guerra de Ucrania.
Sin embargo, la hermana de Graichen, casada con otro de los secretarios de Estado de Habeck, Michael Kellner, ocupa un alto cargo en el renombrado Öko-Institut de Friburgo. El instituto elabora estudios para el gobierno federal desde hace mucho tiempo, incluso antes de la época de Habeck como ministro y vicecanciller. Entonces, ¿existe un clan Habeck?
La organización anticorrupción «Transparencia Internacional» se muestra crítica con el caso Graichen: «El ministerio debería haber gestionado el proceso de selección del presidente de otra manera desde el principio», critica la directora ejecutiva de Transparencia, Anna-Maija Mertens.
«Si un candidato es el padrino de boda del secretario de Estado, entonces forma parte de las normas que el secretario de Estado lo revele y no participe en la selección». De hecho, Graichen lo hizo muy tarde en el proceso. Y Mertens continúa: «Incluso si hay sospechas de conflictos de intereses, esto puede representar un daño a la confianza en las instituciones».
*Imagen ilustrativa.
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