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Bakú ha logrado una mayor autonomía estratégica y podría desempeñar un papel decisivo en la política de Estados Unidos hacia Eurasia

*Escrito por Dr. Vasif Huseynov.
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El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por los territorios anteriormente ocupados de Azerbaiyán fue un producto derivado del colapso de la Unión Soviética, aunque sus causas son anteriores. Aprovechando la oportunidad creada por la turbulencia política en el Cáucaso meridional y sus alrededores a principios de la década de 1990, Armenia ocupó hasta el veinte por ciento de los territorios de Azerbaiyán reconocidos internacionalmente y logró mantenerlos bajo su control hasta la guerra de los cuarenta y cuatro días de Karabaj del año pasado.
El conflicto fue motivo del incremento de choques armados y tensión constante entre los dos países; de obstaculizar el progreso económico de toda la región del Cáucaso meridional y de dar forma a la política exterior de ambos países. Mientras que Armenia se unió con entusiasmo a las estructuras políticas y militares regionales lideradas por Rusia con la esperanza de contrarrestar a Azerbaiyán y su aliado estratégico Turquía, Azerbaiyán logró alcanzar una política exterior más independiente. A pesar de las amenazas y presión desde partes de los territorios que permanecieron bajo control armenio, Azerbaiyán inició o participó en varios proyectos económicos y geopolíticos occidentales demostrando ser un aliado confiable.
Dado que el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán está relegado a la historia, y Azerbaiyán ha restaurado su integridad territorial, Bakú ha ganado una mayor autonomía estratégica y podría desempeñar un papel crucial en la política de Estados Unidos hacia Eurasia. El surgimiento de nuevas amenazas a la seguridad en la región, como las recientes tensiones entre Bakú y Teherán, amerita el rápido y sustancial compromiso de Estados Unidos. Ante la falta de tal compromiso supone un riesgo con consecuencias no deseadas no solo para las relaciones entre Azerbaiyán y EE. UU. sino también para la política de Estados Unidos hacia la región.
Cooperación Azerbaiyán-EE. UU.
La política exterior de la República de Azerbaiyán en la era postsoviética ha estado asociada, en su mayoría, a un «enfoque equilibrado», denotando las relaciones cordiales del país con las principales fuerzas geopolíticas. Para el gobierno de Azerbaiyán, esta política, que se presenta como multilateralismo, le permite perseguir eficazmente los intereses nacionales y actuar como un puente entre las grandes potencias rivales.
El asesor presidencial de Azerbaiyán en política exterior, Hikmet Hajiyev, ha caracterizado acertadamente este enfoque como las «4 M», que significa multivectorismo, multilateralismo, multirregionalismo y multiculturalismo. Según Hajiyev, las realidades geopolíticas de la región donde se encuentra Azerbaiyán no le dan a Bakú otra opción que desarrollar asociaciones con varios jugadores regionales y globales, en lugar de aliarse con un polo de poder geopolítico a expensas de las relaciones con otros actores.
Esta línea de acción política ha sido posible gracias a las directrices de los líderes de Azerbaiyán y al apoyo de sus socios occidentales, principalmente Estados Unidos. Las relaciones entre Azerbaiyán y los Estados Unidos se desarrollaron a través de la cooperación bilateral y multilateral en seguridad energética; lucha contra el terrorismo; proyectos económicos conjuntos; e iniciativas comerciales, políticas y humanitarias.
Azerbaiyán fue uno de los primeros países en declarar el apoyo inquebrantable a Estados Unidos tras el ataque del 11 de septiembre y en enviar tropas a Afganistán y, más tarde, a Irak. Mientras que otros países redujeron su presencia de tropas en Afganistán, Azerbaiyán, como el único miembro de mayoría musulmana de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la misión, aumentó las tropas sobre el terreno de noventa y cuatro a ciento veinte a principios de 2018, reafirmando su apoyo a sus aliados occidentales.
Azerbaiyán también ha proporcionado un paso crítico de transporte para la OTAN; aproximadamente el cuarenta por ciento de la carga destinada a las tropas de la OTAN en Afganistán pasó por el país. El apoyo de Azerbaiyán a la misión en Afganistán continuó incluso después de que los talibanes anunciaran que tomarían el control total del país. Una unidad de 120 hombres del ejército de Azerbaiyán como misión de paz, junto con tropas turcas, garantizó la seguridad del aeropuerto internacional de Kabul hasta finales de agosto, proporcionando la seguridad necesaria para la evacuación segura de civiles y tropas.
Azerbaiyán también ha sido un socio estadounidense confiable en cuestiones geopolíticas críticas, incluida la seguridad energética de la Unión Europea (UE) y la seguridad nacional de Israel. Las exportaciones de petróleo y gas de Azerbaiyán brindan a la Unión Europea una alternativa importante para reducir su dependencia energética de Rusia. La inauguración del Corredor de Gas del Sur de 3.500 kilómetros de longitud con un volumen de inversión de alrededor de 40.000 millones de dólares creó la infraestructura necesaria para llevar las reservas de gas del Caspio al mercado europeo por primera vez.
Como consecuencia de la reciente crisis energética de Europa debido al aumento vertiginoso de los precios del gas, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, en el VIII Foro Global de Bakú (realizado del 4 al 6 de noviembre) declaró con acierto: «En aquellos países donde se distribuye el gas de Azerbaiyán, no hay crisis del gas, no hay no hay crisis de precios y no hay congelación. Entonces, esto demuestra que el Corredor de Gas del Sur es un proyecto de seguridad energética de Europa».
De hecho, este gasoducto proporciona algo más que seguridad energética europea, es también de suma importancia para la agenda geopolítica occidental. Por ejemplo, el Corredor de Gas del Sur proporcionará una ventana de oportunidad para que Turkmenistán reduzca su dependencia de China después de que comience a exportar su gas natural a Europa a través del gasoducto.
Las estrechas relaciones de Azerbaiyán con Israel han demostrado ser de vital importancia para la seguridad nacional de ambos países. Como país de mayoría musulmana que es un Estado laico, Azerbaiyán ha dado prioridad a estas relaciones a pesar de todos los desafíos y amenazas que plantea el vecino del sur del país, Irán. La ciudad azerbaiyana de Qirmizi Qasaba se cree que es la única ciudad completamente judía del mundo fuera de Israel. Durante una visita reciente a Qirmizi Qasaba, el embajador de Estados Unidos en Azerbaiyán, al celebrar la coexistencia de sinagogas y mezquitas en la ciudad, calificó a Azerbaiyán como «un lugar especial». Azerbaiyán también ha sido uno de los principales compradores de tecnología militar israelí, lo que ha fortalecido al país contra las amenazas a la seguridad regional. Azerbaiyán también proporciona a Israel el cuarenta por ciento de sus necesidades de petróleo.
El futuro de Azerbaiyán después del conflicto de Karabaj
Las relaciones de múltiples niveles entre Azerbaiyán y Estados Unidos han persistido a pesar de la oposición dentro y fuera de Estados Unidos. Legisladores pro-Armenia como el senador Bob Menendez (demócrata por Nueva Jersey) y el representante Adam Schiff (demócrata por California) promueven con determinación puntos de vista antiazerbaiyanos dentro de los Estados Unidos e insta a los líderes del país a oponerse a las políticas de Azerbaiyán relacionadas con su conflicto con Armenia. Las campañas en los medios tampoco dudan en llamar a Azerbaiyán una «carga estratégica» para los Estados Unidos, ignorando así todas las contribuciones que Azerbaiyán ha hecho a la seguridad nacional de los Estados Unidos y sus aliados.
Pero las administraciones norteamericanas rara vez compran esa propaganda. A pesar de los esfuerzos del lobby proarmenio y las organizaciones de la diáspora armenia, la administración de Joe Biden renunció a las disposiciones de la Sección 907 de la Ley de Apoyo a la Libertad en abril y permitió la asistencia de Estados Unidos a Azerbaiyán. Esta acción tuvo lugar durante un período crítico para las relaciones Azerbaiyán-EE. UU. ya que sucedió a menos de seis meses después del final de la segunda guerra de Karabaj en el cual recuperó la integridad territorial de Azerbaiyán.
El período de posguerra requiere un apoyo más sólido para Azerbaiyán, ya que el país enfrenta nuevas amenazas a la seguridad. Las recientes tensiones en las relaciones entre Bakú y Teherán, junto con el alineamiento de Armenia con Irán, desafían la seguridad nacional de Azerbaiyán. Tanto Ereván como Teherán están preocupados por las profundas relaciones de Azerbaiyán con Israel y la autonomía estratégica que el país recuperó después de la liberación de sus territorios ocupados. Ambos están interesados en romper el status quo regional de la posguerra, así como los lazos de Bakú con sus socios occidentales.
El 30 de septiembre en una reunión con el nuevo embajador de Azerbaiyán en medio de fuertes tensiones, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, dijo: «No toleramos la presencia y actividad contra nuestra seguridad nacional del régimen sionista cerca a nuestras fronteras y tomaremos las medidas necesarias al respecto».
En este contexto, el apoyo de Estados Unidos a Azerbaiyán es beneficioso para ambas partes. Treinta años de contribuciones de Azerbaiyán tras la era postsoviética a demostrado (entre otras cosas, los esfuerzos contra el terrorismo, la seguridad energética europea y la paz y estabilidad en Medio Oriente) que Azerbaiyán es un socio confiable de los Estados Unidos.
*Dr. Vasif Huseynov estudió Relaciones Internacionales, Economía Política y Ciencias Políticas en Bakú, Kassel y Göttingen. Su investigación ha sido apoyada por el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). Desde 2018, ha sido investigador en el Centro de Estudios Estratégicos y profesor de Política en la Universidad Khazar de Bakú. Es investigador senior del AIR Center, especializado en seguridad internacional en el sur del Cáucaso y profesor adjunto en la universidad Khazar en Bakú, Azerbaiyán.
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